La
chimenea de ladrillo de Garay, de la demolición la posible restauración
Artículo
de Marian Gonzalez para Diario Vasco
Tenía
los días contados, pero la chimenea de fábrica de ladrillo de Hijos de Juan
Garay, ha pasado de la solicitud del permiso de demolición, a la posibilidad de
restauración y preservación como parte del patrimonio industrial de Oñati. En
el Ayuntamiento consideran que es un referente visual del pasado industrial,
pese a no estar catalogada y por tanto protegida, y por eso el gobierno
municipal ha dejado sobre la mesa la propuesta de democión cursada por la
empresa.
«Nos hemos reunido con los
responsables de Hijos de Juan Garay para explicarles el porqué no se ha
aceptado, de momento, la propuesta de demolición, les hemos hablado de la
posibilidad de preservarla como parte del patrimonio industrial del municipio,
y han recibido la iniciativa con buenos ojos. Hemos
acordado redactar un proyecto de restauración y manifestado la disposición de
estudiar la posibilidad de un convenio para la rehabilitación que pudiera
contemplar ayudas», ha explicado el alcalde Mikel Biain, que considera que la
centenaria chimenea, construida a finales del siglo XIX es un patrimonio
industrial que habría que preservar entre todos, para las nuevas generaciones.
Imagen de la noticia |
De
finales del siglo XIX
Cada vez es más habitual en lugares con pasado industrial, conservar
estos elementos verticales, a la manera de los antiguos obeliscos egipcios.
Desde el punto de vista de la arquitectura no configuran ningún espacio
interior aprovechable por sí solas, pero guardan un valor patrimonial,
paisajístico y constructivo, ya que fueron elementos funcionales
imprescindibles para el funcionamiento de las fábricas. Hay quien incluso ha
calificado las chimeneas como ' catedrales industriales', porque los dueños de
las fábricas competían con el tamaño de las mismas en un intento de demostrar
el poder y la riqueza económica.
Con estos antecedentes y
en un lugar tan monumental como es Oñati algunos piensan que sería una lástima
prescindir del único 'rascacielos' de la industrialización. Un
símbolo de una fábrica que evolucionó del fósforo a los tubos de acero, y hoy
en día sigue siendo un referente de la actividad industrial.
El problema es que la chimenea de 38 metros de altura, un diámetro de
2,40 en la base y 1,40 en la cumbre, está deteriorada y tiene su entorno
acordonado, por seguridad, así que las medidas de restauración no pueden
demorarse demasiado, por lo que el parte de defunción o resucitación de la
chimenea no se hará esperar.
Fuente
de la noticia http://www.diariovasco.com/
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