Antes de comenzar la entrada
propiamente dicha quería recordar qué es el Patrimonio Inmaterial, teniendo en
cuenta la definición de la UNESCO:
El patrimonio cultural inmaterial
o “patrimonio vivo” se refiere a las prácticas, expresiones, saberes o
técnicas transmitidos por las comunidades de generación en generación.
El patrimonio inmaterial proporciona
a las comunidades un sentimiento de identidad y de continuidad: favorece la
creatividad y el bienestar social, contribuye a la gestión del entorno natural
y social y genera ingresos económicos. Numerosos saberes tradicionales o
autóctonos están integrados, o se pueden integrar, en las políticas sanitarias,
la educación o la gestión de los recursos naturales.
En 2003 tuvo lugar la Conferencia
General de la UNESCO en su 32ª reunión, celebrada en París del veintinueve de
septiembre al diecisiete de octubre de 2003, Convención para la Salvaguardia
del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Más
información https://ich.unesco.org/
Quería hacer esta introducción sobre
qué es el Patrimonio Inmaterial, pues el pasado 1 de mayo, tuve el placer de
ver y sentir patrimonio inmaterial en L’Alcora.
El 1 de mayo es un día importante
para L’Alcora, pues ese día de 1727 se fundó la Real Fábrica del Conde de
Aranda, y es por ello que es el Día de la Real Fábrica, y por ello este año se
organizó una jornada donde se recreaba la RECUAARRIERA, donde se mostró todo el proceso desde recoger la “malea” hasta su
descarga en la Real Fábrica para el encendido de los hornos para la cocción de
la cerámica.
Poder estar un día así en L’Alcora
fue muy especial para mí, pues ver la recreación de este impresionante proceso
que formaba parte de la producción cerámica me emocionó, es tener el privilegio
de ser espectador de algo que pasaba hace años, esto es patrimonio inmaterial
industrial y no se debe perder. El proceso recreado tenía las siguientes
actividades:
- Ir
con los animales de carga (mulos) para cargar la “malea” del monte. Recreado
gracias a la Asociación de Tradicional Recua Arriera de L’Alcora, quienes
vestidos con traje tradicional guiaban a los machos hasta la zona de recogida.
- Recogida
de la “malea”, realizada por antiguos trabajadores que nos mostraron como se
preparaban los fardos de malea. Fascinada por cómo estos antiguos trabajadores,
ya mayores, con gran fuerza y destreza, realizaban este trabajo (que me parece
que era muy duro), pues además de ir cortando la leña, iban seleccionando que
tipo tenían que coger para repartir en los “garvells” de “malea”.
- Carga
de la “malea” sobre los machos, algo que también requería del “saber hacer”
pues no me pareció ninguna tontería ver cómo los iban cargando.
- Tras
cargarlos se bajaba del monte para acudir a la Real Fábrica para descargar la
“malea”.
- La malea se dejaba delante de los hornos para poder ir metiéndola por
la boca del horno para poder encenderlos.
- La
última fase de recreación fue la salida de los vendedores con tu vestimenta
tradicional y de los mulos engalanados cargados con la preciada cerámica para
su venta hacía otras factorías o almacenes.
Fotografía de Marcos Porcar |
Fotografía de Marcos Porcar |
Fotografía de Marcos Porcar |
En el evento también participaron
Grupo de Danzas la Font d’Aixart y Rondalla l’Alcalatén, poniendo música y
baile dentro de la Real Fábrica.
Fue un día realmente emocionante,
pues pude vivir parte de un proceso de producción con tanta historia como es el
de la industria cerámica y en concreto de la Real Fábrica. Un proceso donde el
patrimonio además de ser las instalaciones, es también el modo de producción y
sobre todo las personas que lo realizaban, esa memoria obrera o memoria del
trabajo que no se debe perder, pues siempre se debe recordar el origen de una
industria. En definitiva es un patrimonio que sigue vivo.
Diana Sánchez Mustieles.
Dra. arquitecto
Más
información sobre la Récua Arriera
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