Adiós
a uno de los iconos del “skyline” del Baix Llobregat
Autor del artículo Jose Polo, para
La Vanguardia
Iconos del Baix Llobregat industrial
que se desmontan y pasarán a formar parte de la memoria de la comarca.
Atravesando la N-340 en dirección Cervelló destaca una gran infraestructura: la
planta de Ciments Molins, histórica empresa dedicada a la fabricación de
cemento fundada en 1928. La factoría ha arrancado el proceso de desmantelamiento
de sus tres viejos hornos, que en su momento supusieron el auge de la firma.
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Entre el horno 3, de 1965; el horno
4, de 1968; y el horno 5, de 1975; se llegaron a fabricar 4 2 millones de
toneladas. “Allí se realizó el cemento de buena parte de las infraestructuras
de Catalunya”, recuerda a La Vanguardia el director de Operaciones de Ciments
Molins Industrial, Xavier Valero. “Con el beneficio que generaron se pudo
iniciar el proceso de internacionalización”, añade destacando la importancia de
estos hornos para la empresa.
Esta infraestructura es muy conocida
en el Baix Llobregat. La localización de Ciments Molins, al lado de la
carretera, y las grandes dimensiones de estos equipamientos, le han hecho
formar parte, durante más de medio siglo, del skyline de la comarca. Todos los
vecinos de la zona recuerdan el gran tubo de la cementera, que correspondía al
horno 5, rotando de noche y de día. Ahora los operarios lo desmontan. También
son populares las torres y edificios adyacentes.
Además, en esta zona de la comarca,
quien más quien menos, tiene algún familiar o conocido que ha trabajado en
estas instalaciones. Y es que en Ciments Molins se impulsó, durante muchos
años, una política de empresa que primaba los trabajadores de las poblaciones
de su entorno como Sant Vicenç dels Horts, Pallejà o Molins de Rei, entre
otras. Cuentan que hasta cuatro generaciones distintas de la misma familia han
llegado a trabajar en la planta, que ahora tiene unos 170 empleados. Por
aquellos hornos pasaron unos 2.000 trabajadores.
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Pero lo cierto es que los hornos
llevan sin funcionar desde el año 2010. “Se apostó por montar uno nuevo mucho
más eficiente a nivel energético y cumpliendo las normativas medioambientales.
Fue un proceso de renovación tecnológica después de 40 años”, explica el
director de Operaciones. Pero aquel horno de 2010 permitirá que la cementera
siga en el campo visual de los vecinos, pues para su funcionamiento requiere de
una inmensa torre muy alta que se puede ver desde diferentes localidades.
El proceso de desmantelamiento de
los antiguos hornos, que algunos vecinos han pedido ver in situ a través de
visitas guiadas y cuenta con una veintena de trabajadores, finalizará durante
la primavera de 2020 tras una i nversión aproximada de dos millones de euros.
“Primero se retiran todos los materiales de forma controlada, después se
desmonta la chatarra, que se reciclará en fundiciones, y se acabará destruyendo
los edificios”, relata el directivo. “Todo el material, 25.000 toneladas de
hormigón, se reutilizará en la fábrica para hacer cemento”, agrega Xavier
Valero, cuyo padre también trabajó en la empresa. Este proceso no afecta al
funcionamiento habitual de la planta, por eso se descartó el uso de explosivos.
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Cuando se acabe el desmantelamiento,
quedarán libres, ni más ni menos, que 19.000 metros cuadrados en la empresa.
“De momento, no hay un plan para ellos”, revela Valero. “Sí, d a mucha pena
desmontarlos después de toda una vida trabajando en ellos. El sentimiento es
agridulce. Al fin y al cabo, formaban parte del paisaje de la comarca”,
reconoce el director de Operaciones de Ciments Molins Industrial.
Fuente
de la noticia https://www.lavanguardia.com
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