Arrancan
las obras del edificio histórico de la estación de Canfranc
Artículo de Ramón J. Campo para
Heraldo
Los andamios van a regresar a la
estación de Canfranc. El Gobierno de Aragón firmó este jueves el acta de
replanteo de la obra en el exterior de la joya de la explanada, donde empezaron
las obras hace ocho meses en esta etapa definitiva, y el lunes podrán emprender
el trabajo sobre la fachada, las marquesinas y los andadores perimetrales.
El presupuesto destinado para esta
obra exterior del edificio histórico que se va a convertir en un hotel asciende
a 5.283.142,86 euros (iva incluido), pero está cofinanciado por el Ministerio
de Fomento con algo más de dos millones que provienen del 1,5% cultural de
ayudas públicas para financiar trabajos de conservación o enriquecimiento de
bienes inmuebles del Patrimonio Histórico Español.
Una vez que el proyecto sea
aprobado, está previsto que las obras en el interior del edificio histórico
comiencen el próximo junio y acaben en un plazo de 18 meses, por lo que se
estima que el hotel esté listo a finales del año que viene. Sin embargo, según
han informado, la climatología podría retrasar los plazos.
Un pequeño hotel anterior
En la historia de la estación
internacional de Canfranc ya hubo un pequeño hotel que cerró en 1974. Tenía
unas 32 habitaciones, que convivían con los apartamentos de los funcionarios
ferroviarios españoles y franceses y estaba gestionado por la familia
Fondevila. "En el primer piso de nuestro hotel había 10 habitaciones y en
el segundo, 22. Algunas eran de matrimonio, con una o dos camas, y en otras
había agua caliente. Mis padres lo cogieron en 1930 y se acabó cerrando en
1974. Desde que el tren dejó de pasar (en 1970) el negocio ya no era
rentable", cuenta María Fondevila, hija de los propietarios del antiguo
establecimiento.
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Ahora, la construcción de otra
estación ferroviaria de 1.000 metros cuadrados frente al edificio histórico va
a permitir que este se utilice en su totalidad para convertirse en un complejo
hotelero. Joaquín Magrazó detalló a este periódico que el diseño proyectado
utiliza la planta baja del ala sur para instalar un comedor y las cocinas.
"El comedor tendrá unos ventanales muy amplios y quizás también terrazas
en los laterales", apuntó Magrazó.
En la planta baja del ala norte se
ubicará una zona de agua con una piscina interior (de veinte metros de largo y
cinco de ancho), además de un gimnasio y una sala de masajes. También en la
parte más próxima al centro de acogida de peregrinos se creará una "zona
de estar" con chimenea, biblioteca y una sala para la celebración de
eventos.
La cafetería del vestíbulo
En un primer momento, la cafetería
iba a estar ubicada dentro de las dependencias del hotel, sin embargo,
finalmente se va a localizar en el vestíbulo que será un espacio público
transitable por todos los visitantes de Canfranc y no solo por los que se
alojen en el hotel, según contó Magrazó.
Tal y como explicó el arquitecto, al
vestíbulo se podrá acceder a través de una entrada por la planta baja y no por
el túnel y el sótano, como se venía haciendo hasta ahora en las visitas guiadas
que organiza la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Canfranc.
Asimismo, y con el objeto de
facilitar el acceso al personal del hotel, se habilitará el paso por el sótano
ubicado debajo del vestíbulo para que los trabajadores puedan entrar a las habitaciones
con el material necesario. El vestíbulo de la estación de Canfranc se utilizará
además como entrada al futuro parque que se va a instalar en el haz de vías
ubicado entre el edifico histórico y la futura terminal.
Ese terreno central tendrá alrededor
de 32.000 metros cuadrados y lo está diseñando el ingeniero Juan Antonio Ros.
Prevé "crear un área pública para que hablen los edificios, que sea
funcional y moderna y cumpla las normas de accesibilidad pensando en todas las
personas, sin discriminar a nadie", explicó.
Dormitorios familiares
Aunque no serán iguales entre sí por
las columnas que separan los espacios, las 104 habitaciones del futuro hotel
tendrán unos 30 metros cuadrados, serán dobles y "podrán acoger
perfectamente a un matrimonio y dos hijos pequeños", según comentó
Magrazó.
Uno de los mayores retos que se
plantean en el proyecto es que el hotel sea sostenible teniendo en cuenta que
está ubicado en un lugar donde las bajas temperaturas en invierno afectan a la
construcción. Los arquitectos tienen que adecuar y acondicionar el interior del
edificio de manera que se lleguen a cumplir parámetros de futuras normativas de
consumo energético casi nulo.
Otra parte muy importante es el
tratamiento de la marquesina, que está en la financiación prevista con el 1,5%
cultural del Ministerio de Fomento, para que permita el paso de la luz a toda
la planta baja del edificio. Es uno de los valores que más se destacan del
edificio de 9.162 metros cuadrados, y que es clave para su adecuación interior
y para que el futuro hotel sea "eficiente y sostenible".
El
hotel de la estación de Canfranc tendrá 104 habitaciones, una piscina y una
biblioteca.
ENERO
2019. Canfranc autoriza obras por cinco millones en la estación que será un
hotel en 2020.