Autor artículo Gerardo González para
el Correo de Burgos.
La puesta en valor de las antiguas
salinas pozanas ha sido fruto de un trabajo arduo y continuado en el tiempo,
donde han participado colectivos cívicos e instituciones. El objetivo común,
recuperar un legado histórico y patrimonial que a punto estuvo de desaparecer.
Hace poco más de un lustro aquéllos que visitaban las instalaciones salineras,
que desde la época romana hasta bien entrado el siglo XX producían el «oro
blanco» de Castilla manteniendo así su importancia pasada, se encontraban con
una imagen desconsoladora donde ruinas y malas hierbas ocupaban el paisaje.
Hoy en día, la escena es totalmente
diferente siendo uno de los factores determinantes para la recuperación de las
salinas el propio carácter de los pozanos. Éste les llevó a iniciar un proyecto
titánico para recuperar su patrimonio histórico extrayendo sal de la tierra con
idéntico proceso al empleado por sus antepasados.
La ingente tarea sobre el terreno
comenzó de forma continuada, con la limpieza del Valle de Rusalado que hasta
2008, se realizó como contenido de los campos de trabajo veraniegos.
Organizados por la Asociación de Amigos de la Salinas que también participan
activamente en la limpieza y recuperación, contaron con el apoyo de la Junta,
Diputación Provincial y Ayuntamiento de Poza.
Durante aquellos primeros seis años
las intervenciones en las salinas -al margen de estas acciones estivales-,
también incluyeron el acondicionamiento de los accesos y algunas eras para su
uso actual, a cargo del Consistorio pozano.
Cronológicamente, en 2004 se realizó
la limpieza de pozos y eras, así como la recuperación del pozo de hormigón para
su llenado con salmuera, continuando con la recuperación del Puente Verde y de
las eras y arquetones para hacer sal en el año 2005.
El vallado y acondicionamiento de
los accesos al Puente Verde y a las salinas se realizó en 2006 colocándose en
aquel entonces el monumento al Salinero y los carteles de señalización en 2007.
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En el periodo 2008/9 se siguió con
la reparación del muro junto al Pozo de Hormigón, tomando el testigo el
Ayuntamiento pozano que, mediante un proyecto del Taller de Empleo, dio
continuidad a las mejoras con labores de limpieza y recuperación de pozos,
eras, arquetones y preparación para la construcción de una choza salinera.
Ésta fue la siguiente
infraestructura recuperada a la que se sumó el pasado año la imprescindible
‘caña’, con lo que las piezas claves de la extracción de sal quedaron
terminadas. El resultado de este esfuerzo continuo fue la colocación de las
salinas pozanas dentro del mapa de explotaciones de sal en España, además de
acoger la localidad, encuentros nacionales en los que los responsables de
instalaciones semejantes expusieron sus líneas de trabajo para puesta en valor
de las instalaciones.
Por su importancia dentro del
patrimonio industrial histórico, los trabajos de recuperación de las salinas
fueron reconocidos de forma explícita con la concesión del IV Premio Patrimonio
Cultural de las Cámaras de Comercio e Industria de Castilla y León en 2006.
Todo este trabajo que arrancó por
voluntad de los propios vecinos ha permitido pasar de una condena al olvido, a
su reconocimiento e incorporación a la candidatura para la declaración por la
Unesco de las salinas de Añana como Patrimonio de la Humanidad, en las que las
pozanas forman parte por sus vínculos históricos. La recuperación histórica
también ha sido paralela siendo la de la choza el ejemplo más palpable.
Sus vigas llegaron al salero en
carros tirados por las yuntas de bueyes de los carreteros serranos, tal y como
hicieran durante siglos con la preciada madera necesaria en las salinas.
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