Autora artículo Blanca Cia para El
País
Can Jaumeandreu y Can Ricart fueron
dos de las primeras fábricas de estampados que empezaron a funcionar en Sant
Martí de Provençals en 1853, hoy distrito de Sant Martí, de Barcelona, y en
medio del 22@, la antigua área industrial del Poblenou reconvertida en la zona
de la nueva economía, la que gira en torno al conocimiento y la tecnología.
Después de la friolera de 162 años,
los dos antiguos complejos fabriles se han transformado —una realidad en el
caso de Can Jaumeandreu y con fecha de inicio de obras en Can Ricart— en el
Parque de las Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Barcelona.
La primera fase del nuevo campus ya ha arrancado en Canjaumeandreu, un edificio
que fue rescatado por el Ayuntamiento en el 2000 para situar una de las
primeras sedes de Barcelona Activa. Pero la pieza más singular del parque
universitario es Can Ricart, cuyas naves están literalmente apuntaladas y en un
estado lamentable a la espera, precisamente, de que se decidiera sobre su
futuro.
Después de una larga batalla vecinal
para evitar que se liquidara y lograr que se protegieran sus naves, Can Ricart
parecía que iba a acoger la Casa de las Llengües (2009) pero ese proyecto
decayó finalmente, en parte por la crisis y por el cambio de gobierno de la
Generalitat.
El futuro de las viejas naves de Can
Ricart se ha despejado ya y a finales de año empezarán las obras de la primera
fase del parque de la UB en uno de los edificios del complejo fabril. Se trata
de la construcción anexa al de las naves principales de Can Ricart. Unos 1.500
metros cuadrados en los que se ubicarán los servicios audiovisuales de la UB,
el de restauración de libros, el archivo de la universidad y un espacio para
ubicar un plató. Y será en 2019 cuando empiece la segunda fase del parque
transformando los cerca de 5.000 metros cuadrados de las naves principales,
incluida la torre del reloj, la pieza más visible de Can Ricart.
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“Ha sido un proceso largo pero al
final ha llegado a buen puerto”, ha comentado en la presentación del nuevo
campus el rector de la UB, Dídac Ramírez. Porque la gestación del nuevo parque,
el proyecto Minerva, se inició en 2009, cuando en principio la ubicación
escogida fueron terrenos del consorcio de la Zona Franca. La crisis hizo
inviable el proyecto y la UB se fijó entonces en Can Ricart. “Es una ubicación
excelente porque permitirá aprovechar la concentración de la producción y
oferta cultural y la competitividad de la industria ya instalada”, añadió el
decano. Por ejemplo, la UB será vecina del campus de audiovisual de la Pompeu
Fabra: “con la que compartiremos proyectos”, aseguró. Algunas de las líneas
estratégicas del parque de la UB pasan para convertir esos espacios en un polo
de investigación e innovación de las ciencias sociales y de las humanidades y
crear una incubadora de proyectos, además de potenciar la relación con las
empresas de producción cultural y tecnológica.
El Ayuntamiento firmó un convenio de
cesión de Can Ricart hace dos años y se comprometió a afrontar la urbanización
del conjunto fabril, que está a un paso de la Diagonal, justo detrás del parque
central del Poblenou. Una zona que concentra una importante actividad en torno
al sector audiovisual, como el complejo de Mediapro, pero que en los últimos
años había acusado el impacto de la crisis económica con solares vacíos o
edificios que se quedaron inacabados o en el esqueleto.
LAS CIFRAS DEL PROYECTO
Financiación. El Parque de las
Humanidades y las Ciencias Sociales de la UB en el 22@ tendrá un coste total de
15 millones de euros. Cinco de ellos —los que costará la rehabilitación de la
primera nave de Can Ricart— se han obtenido a través de los fondos aportados
por la HUBc, la institución que acoge a los campus de excelencia internacional,
del que forma parte la UB. Los otros 10 restantes se obtendrán “generando
recursos propios”, aseguró el rector de la universidad, Dídac Ramírez.
Metros. En metros, el nuevo campus
tendrá algo más de 15.000: unos 5.000 en el edificio de Can Canela —el IL3, el
instituto de formación continuada de la UB, también en el 22@ —algo más de
3.000 en Canjaumeandreu y los casi 7.000 que se dispondrán cuando acaben las
obras de Can Ricart, al lado norte de la Diagonal.
La
UB inicia su plan de rescate de las humanidades en el Poblenou
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