La
Agrietada chimenea de Barcelona empuja el rescate de su histórico recinto
fabril
Artículo de Jesús Sancho para La
Vanguardia
La historia
de Barcelona también es la historia de las chimeneas de sus
antiguas fábricas textiles. En el corazón tecnológico del 22@, o lo
que antes se conocía como el Manchester catalán, todavía se
mantienen algunas en pie. Vestigios del pasado textil que muchos de ellos ya
han desaparecido y los que se conservan en la actualidad piden no caer en el
olvido.
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Uno de esos iconos del patrimonio industrial
es la emblemática chimenea de Can Ricart, uno de los antiguos
recintos fabriles más singulares de la ciudad. La presión ciudadana hizo
posible que no se perdiera este lugar de la ciudad y
fuera protegido aunque los vecinos han lamentado en varias ocasiones
su deterioro y abandono a falta de que se materialicen los proyectos previstos.
Mientras tanto el Ayuntamiento ha
anunciado la licitación
del proyecto para restaurar y consolidar la
agrietada chimenea, con un nivel de protección B (Bien Cultural de Interés
Local). Tras el desprendimiento de algunos ladrillos de la
parte superior a principios del 2015, se hizo una primera inspección y un
informe previo para valorar su estado actual de conservación. “Como conclusión
se recomendó una serie de medidas preventivas y su rehabilitación para
restaurar la obra y realizar una consolidación estructural de la misma”, recoge
el proyecto.
“Esta chimenea, como otras que hay
en la zona, se integrará al conjunto de chimeneas que se están recuperando y
poniendo en valor”, señala fuentes municipales.
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Además de los desprendimientos, se
han detectado importantes grietas en la parte superior, una de ellas
vertical de unos tres metros de longitud, y gran parte
del remate superior ha desaparecido. También será necesario consolidar los cimientos y
realizar un refuerzo estructural en su interior debido a ligeras
tensiones de tracción a la que está sometida la estructura por las acciones del
viento.
En base a los estudios y las
hipótesis realizadas se concluye que “no existen problemas de estabilidad
global de la estructura”. Eso sí, se advierte de que “en tanto la obra de
fábrica no es capaz de soportar tensiones de tracción, los puentes de unión
mortero-cerámica que la conforman se agrietan y permiten la entrada de agua
dentro de la estructura, que deteriora los diferentes materiales y puede poner
en crisis la estabilidad de la chimenea a medio plazo”.
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Otros trabajos serán de
la limpieza general, el rejuntado de todas las juntas, la reparación
de grietas y fisuras, así como la restitución de piezas en
mal estado. La instalación de un pararrayos y la realización de un seguimiento
arqueológico de los movimientos de tierra en todos los ámbitos de la obra son
otras de las medidas.
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La chimenea es de obra vista de
ladrillo macizo, de unos 39 metros de altura, y con una
amplitud de unos cuatro metros en su inferior y 1,60 metros en su parte
superior. En estos momentos el proyecto se encuentra en licitación. “Hasta
que no se adjudique no podemos concretar la fecha del inicio de las obras”,
añade el Ayuntamiento, que prevé
la adjudicación en otoño para que las obras
empiecen durante el 2018 y acaben en el primer trimestre
del 2019. Los trabajos durarán tres meses con un presupuesto de 161.949, 47
euros (IVA incluido).
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