Artículo de Susana Neira para El
Comercio
Con el cierre de la fábrica de armas
de La Vega en 2012 se abrió una negociación entre la Delegación de Defensa en
Asturias y la Universidad de Oviedo para la cesión de maquinaria industrial de
las dos antiguas factorías estatales con destino a la Escuela Politécnica de
Gijón. Un acuerdo solo pendiente de su publicación en el Boletín Oficial del
Estado (BOE) y que permitirá que una parte de la historia de La Vega y Trubia
perviva en el tiempo en forma de exposición permanente: unas 81 máquinas, con
entre medio y un siglo de antigüedad como mínimo, formarán parte de la
colección, que en su mayor parte se exhibirá en el interior, mientras que las
de mayor tonelaje estarán al aire libre.
El delegado de Defensa en Asturias,
el coronel Vicente Bravo Corchete, explicó ayer que la iniciativa comenzó a
negociarse con el anterior equipo directivo de la Politécnica hace unos dos
años y el actual ha mostrado el mismo interés. Han acordado una cesión temporal
prorrogable (que en la práctica esperan que sea de manera indefinida) de los
«fondos histórico-artísticos» para acercar a los visitantes su uso y cómo ha
ido evolucionando este aparataje. «Es muy interesante que no se pierdan; son
máquinas que tienen su historia y su uso, y se han ido quedando obsoletas»,
valoró el coronel.
Avanzó que dentro de un mes, como
mucho dos, la institución académica podrá comenzar ya la retirada del material
en Oviedo. Un grupo de trabajo entre la Escuela Politécnica de Ingeniería de
Gijón, la Unidad de Bienes Culturales, Exposiciones y Protocolo de la
Universidad de Oviedo y el Vicerrectorado de Campus, Informática e
Infraestructuras, se ha encargado de que el acuerdo fructifique. Ya se han dado
los primeros pasos, entre ellos visitas a las plantas para decidir qué formará
parte de la colección, se redactará un proyecto definitivo y se busca
financiación, a través de una convocatoria de un plan estatal de Patrimonio,
para acometer este ambicioso proyecto.
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La escuela ofrecerá incluso visitas
guiadas para estudiantes dado su enorme interés industrial. «Las fábricas de
armas están catalogadas entre los 100 elementos más importantes del Patrimonio
Industrial español por el Comité Internacional para la conservación y defensa
del Patrimonio Industrial», elogió el director de la Politécnica, Juan Carlos
Campo, para dar muestra de la magnitud e importancia de la exposición.
En el inventario que formará parte
de la muestra hay mucha variedad de máquinas típicas del sector del metal, por
lo que el campus de los ingenieros industriales en Asturias se convierte en el
lugar idóneo para su conservación y su difusión. Se mostrarán desde presas
hasta piezas de laboratorio de Trubia, o una repicadora de La Vega. «Los
operarios les tenían mucho cariño y se encuentran en buen estado, muy bien
conservadas», añadió el director.
El elevado peso de estas maquinas
obligará a recurrir en algunos casos a grúas para su traslado. Una vez en
Gijón, se les sacará brillo y se decidirá su ubicación para abrirlas al
público. Solo una pequeña parte, aquellas cuya instalación en el interior pueda
resultar complicada por su dimensión o tonelaje, lucirán en el exterior. La
mayor parte se distribuirán entre los espacios de la escuela.
Colaboración
Los visitantes disfrutarán a través
de estas piezas de un recorrido por la labor de las fábricas estatales
ovetenses, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII. Expertos de la escuela
contactarán con personal de las factorías de Trubia y Oviedo para conocer, más
allá de su funcionamiento -algunas incluso podrían continuar empleándose,
aunque las actuales son más sofisticadas-, la historia de cada pieza y poder
acercársela al público.
La empresa Santa Bárbara Sistemas
gestiona las antiguas fábricas estatales desde principios de la década del
2000. Tras doce años de actividad anunció el cierre de La Vega en abril de 2012
y, sin negociación con la parte social, comenzó el traslado de todo el personal
y parte de la maquinaria en uso a las instalaciones de Trubia. A finales de ese
año devolvió tanto los edificios como el contenido sin uso a su propietario, el
Ministerio de Defensa.
Los miles de metros cuadrados del
solar de La Vega continúan sin ocupación, y sin definirse su reutilización ni a
corto ni a largo plazo. Parte de sus bienes catalogados se trasladaron al Museo
del Ejército, que los conserva y a su vez ha delegado parte de la colección a
otros museos y unidades del Estado.
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