Autora
artículo Cristina Fanjul
Harinas Alfageme esconde el único
ejemplo de cargadero ferroviario que queda en la provincia. La importancia de
este hallazgo ha llevado a la asociación Amigos del Ferrocarril a reivindicar
al Ayuntamiento que evite su demolición y busque una solución urbanística que
conserve esta zona de la fábrica con el fin de compaginar desarrollo y
patrimonio. «Simplemente demandamos que se tapie la instalación y se preserve
porque es el único que hay en León», destaca Emilio Suárez, vicepresidente de
la citada asociación.
El ramal, de unos 200 metros, data
de 1904 y fue absorbido por León apoyado sobre la línea Palencia-La Coruña.
Según se revela en el próximo número de la revista Maquetren, fue un 10 de
agosto cuando se aprobó conceder a la industria la posibilidad de construir un
apartadero. Se hizo en el punto kilométrico 124,762 y entraría en
funcionamiento el 20 de febrero de 1905. La instalación fabril se asentó sobre
el cauce de la presa del río Bernesga para accionar mediante la fuerza
hidráulica su sistema de molino Buhler. Durante el verano y, ante la escasez de
agua, era una máquina de vapor la que movía los nueve molinos de cuatro
cilindros cada uno y añade que las instalaciones a las que servía el
ferrocarril se fueron ampliando en varios edificios, maquinaria, artefactos,
ajuar industrial, utensílios, elevadores y transportadores de sacos y básculas.
La imponente edificación está realizada con todo tipo de materiales: cemento,
sillería, mampostería, ladrillo y tapial.
Imagen de la noticia |
La nave del almacén está construida
en ladrillo y mampostería con piso de cemento y balsas comprimidas. Está
dividida en dos por el ramal del ferrocarril para facilitar la entrada de los
vagones para su carga o descarga.
El acceso por ferrocarril se
realizaba sobre un cambio de aguja instalado en el punto kilométrico 125 de la
línea Palencia-La Coruña, donde existía una sencilla instalación compuesta por
una caseta de ladrillo donde se alojaba la transmisión para el cambio, con con
cable, como era habitual, sino por medio de palanca y un sistema rígido
tubular. Para acceder a la nave de la harinera se cruzaban dos puentes de
hierro que resultan sorprendentes por su dimensionamiento propio de línea
general. El primero de tamaño menos cruzaba el aliviadero y canal secundario
que también sería para que trabajara la fragua, que fue eliminada con la
ampliación de las instalaciones y ser soterrado con una losa de hormigón. El
segundo puente cruzaba el canal principal y aporta una imagen «grandiosa» al
ramal ferroviario, al estar construido con dos vigas de alma llena
longitudianles en doble ‘T’. La maniobra consistía en acercarse al desvío de
conexión con Renfe y anganchar los vagones que había empujado la locomotora,
tirando de ellos hasta el interior de la nave donde los estacionaba. El camión
avanzaba entonces hasta un hueco abierto en el fondo de la nave para dejarlo
estacionado y una vez listos los vagones, los empujaba hacia el desvío.
A continuación os pongo algunas
fotografías del cargadero y de su interior, del año 2011, las cuales me han
facilitado para su publicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario