El Ayuntamiento de Plentzia ha dado
un paso más de cara a preservar su pasado patrimonial, con la petición al
Gobierno vasco para que declare como Bien de Interés Cultural la actual
estación del metro, uno de los últimos vestigios que quedan de las líneas
ferroviarias que, desde finales del Siglo XIX, fueron el principal nexo de
unión de la provincia con la capital vizcaína.
La petición tiene como objetivo
evitar la desaparición de ese patrimonio construido durante la revolución del
transporte paralela a la industrialización, como ya ha sucedido en el caso de
la estación de Asua, derribada de manera sorpresiva hace un par de años. El
acuerdo municipal es fruto de una propuesta realizada por el grupo municipal de
Bildu que ha contado con el apoyo del Grupo Independiente, y la abstención de
los ediles del PNV.
Al margen de apoyar la iniciativa la
teniente de alcalde, Silvia López de Gereñu, recuerda que las instalaciones ya
están incluidas dentro del catálogo de edificios valorados con «cierto grado de
protección municipal» recogidos en la revisión del Plan General de Ordenación
Urbana, que está pendiente de aprobación por Pleno. Precisamente su inclusión
se realizó a propuesta del Departamento de Patrimonio del Ejecutivo autónomo.
Según los promotores de esta
iniciativa, el edificio cuenta con el «valor añadido» de ser la única de las de
primera categoría que se conserva en su estado original, debido a que desde su
construcción en 1893 hasta nuestros días, «solo ha desaparecido la marquesina
original» según un informe redactado por la Asociación de Amigos del
Ferrocarril de Bilbao. La cubierta, de hecho, fue desguazada coincidiendo con
la inauguración de la línea 1 de Metro Bilbao para colocar otra de nueva
generación y más grande que cubriese los dos andenes. Una estructura que,
debido a su volumen, «impide poder ver el edificio sin elementos
distorsionadores por el lado vías», lamentan desde la asociación.
Los edificios de las estaciones eran
clasificados por las compañías ferroviarias en categorías, siendo los de
primera los de las cabeceras de la línea o poblaciones importantes, como era el
caso de Plentzia. Los de segunda correspondían a poblaciones menores y las de
tercera o apeaderos pueblos más pequeños o lugares con poco movimiento.
De todas las estaciones que formaron
la red de Bilbao a Plencia, Lutxana a Munguia y Bilbao a Lezama, solo subsisten
5 de las 18 estaciones originales. La mayoría desaparecieron cuando se puso en
servicio el metro para adecuarlas a un mayor número de viajeros, y debido a los
soterramientos de Algorta, Las Arenas o Erandio.
En la comarca además de la estación
de Plentzia se conserva la de Neguri, que ha tenido varias ampliaciones, aunque
«eso no le resta interés en una posible preservación» a juicio de la asociación
ferroviaria También son originales las instalaciones de Deusto y Derio -la
única que sobrevive de la línea Bilbao-Lezama-, y la estación de Bilbao-La
Calzada, que hoy acoge el Museo Arqueológico.
Plentzia
quiere proteger su estación de metro.
El Ayuntamiento de
Plentzia ha pedido al Gobierno Vasco que declare como Bien de
Interés Cultural la actual estación de metro de la localidad
costera.
El edificio ya está incluido dentro
del catálogo de edificios con cierto grado de protección municipal recogidos en
la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, que está pendiente de
aprobación por Pleno. Precisamente su inclusión se realizó a propuesta del
Departamento de Patrimonio del Ejecutivo autónomo.
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El objetivo de esta petición es
evitar la desaparición de esta edificación construida a finales
del siglo XIX y que es de los pocos edificios
ferroviarios que se conservan en su estado original.
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