Hoy tengo el placer de presentaros
la entrevista que he realizado a Julián Sobrino Simal, al que le agradezco
mucho el que aceptara ser entrevistado.
Todos los que os dediquéis de alguna
manera al Patrimonio Industrial debéis de conocerlo, pero aún así antes de la
entrevista os pongo una breve biografía.
Julián
Sobrino Simal
arquind@us.es
Doctor en Historia del Arte: Tesis
doctoral "Arquitectura Industrial en Sevilla 1830-1940", 2 de abril
de 1998, apto cum laude
Profesor Titular de la Universidad
de Sevilla (Escuela Técnica Superior de Arquitectura)
Perfil
bioprofesional
Mi
trabajo se desenvuelve en el ámbito de la historia de la arquitectura
industrial. Muy pronto descubrí el valor de la cultura técnica y científica
para completar los contextos históricos. La arquitectura es un espacio de
producción social en el que el orden y el caos de nuestro mundo contemporáneo
encuentra algunas de sus explicaciones. El patrimonio industrial me permitió
conciliar la teoría con la práctica, la disciplina propia de un historiador del
arte con las necesarias ayudas de otros campos de conocimiento como la historia
económica, la geografía, la antropología o la sociología. De manera que,
progresivamente, fui accediendo a un análisis de carácter interdisciplinar, en
el cual, los paisajes de la producción cobran pleno sentido como expresión
territorial de las relaciones de producción, de las relaciones sociales y de
las relaciones espaciales. El reto de investigación se planteaba de nuevo, con
la radicalidad de los cambios de nuestro nuevo siglo. Había que proceder a una
revisión conceptual y metodológica del patrimonio cultural, en el que se inserta
la cultura del trabajo. Para ello había que retomar el carácter histórico del
patrimonio industrial, las metodologías derivadas de las TICS y la
planificación estratégica de los recursos patrimoniales, en suma, generar un
nuevo paradigma del patrimonio marcado por la
responsabilidad ética, por el valor del patrimonio para el presente, por
la transferencia de sabiduría de los recursos patrimoniales al proyecto
contemporáneo, por la actitud crítica y reflexiva ante los hechos económicos
materializados en el patrimonio industrial y por el análisis de los conflictos
entre las sociedades, las máquinas y la naturaleza : la gestación del paradigma
de la Cliodiversidad.
Julián Sobrino Simal, fotografía facilitada por él para la entrevista. |
Entrevista realizada por Diana Sánchez Mustieles
A continuación podéis leer la interesante entrevista.
A continuación podéis leer la interesante entrevista.
1- Posiblemente esta pregunta te la
hayan realizado muchas veces, pero desde que te conozco he deseado
preguntártela ¿Cuándo nace tu pasión/devoción/afición por el Patrimonio
Industrial?
Puedo hasta dar la fecha, en 1985,
cuando coordinando a un grupo de estudiantes obtuvimos el primer Premio en la “Campaña
nacional de arqueología
científica e industrial para jóvenes”.
En ese contexto de investigación y didáctica educativa innovadora fue cuando
descubrí el interés de la dimensión científica, técnica e industrial de la
historia (de gran interés para un entonces Licenciado en Historia del Arte y
profesor de Instituto que no había recibido formación específica en esas
materias). A continuación elaboré un Proyecto para el Ministerio de Educación y
Ciencia “Materiales para el Estudio Histórico de la Ciencia y la Técnica en
España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Madrid, 1988”. Y hasta hoy,
cuando heredero de aquella iniciativa de José María Losada, vivo
permanentemente en una fábrica conceptual: investigando, difundiendo, activando
y reivindicando el rol fundamental del patrimonio industrial en España.
2- Actualmente ¿Crees que el
Patrimonio Industrial está algo reconocido en España?
Lamentablemente no. Nos queda mucho
camino por recorrer. Se han conseguido logros: asociaciones generales,
temáticas o sectoriales; encuentros científicos; publicaciones de calidad,
tesis doctorales; museografía y rehabilitación; avances legislativos… Pero
sigue siendo una asignatura pendiente para las administraciones públicas, para
las empresas, para los sindicatos, para la Universidad y para los ciudadanos en
general. Es un problema de formación histórica y, por tanto, de mentalidad. Se sigue pensando todavía en
términos de fracaso (industrial y de innovación técnica) hecho que opera
negativamente en la puesta en valor de la Cultura del Trabajo (entendido el
patrimonio industrial en sentido amplio, más allá de su cronología y
tipologías). Hemos de superar la invisibilidad de la dimensión tecnológica de
la historia de España y de sus complejos marcos socio-territoriales.
3- En los últimos 10 años
¿Consideras que ha mejorado la situación del Patrimonio Industrial o ha
empeorado?
En el balance de la última década
aparecen luces y sombras. Las luces son: la llegada de investigadores jóvenes
(que denomino de tercera generación) como es el caso de quien gestiona este
Blog, Diana Sánchez; la incorporación de la protección del patrimonio
industrial a las legislaciones autonómicas; las iniciativas de colectivos
ciudadanos para salvar testimonios importantes de la industrialización; la
presencia de los problemas del patrimonio industrial en los medios de
comunicación; los encuentros científicos y las exposiciones (como la de 100
Elementos de patrimonio Industrial, de TICCIH-España). Las sombras: la presión
urbanizadora especulativa (a veces en connivencia con la propia administración
local o regional); la carencia de planes estratégicos sobre patrimonio
industrial en los gobiernos autonómicos; las intervenciones sobre patrimonio
industrial carentes de rigor científico; la banalización de los
contenidos-fuerza (el sentido histórico y patrimonial) en las actuaciones
museográficas; la desaparición de los testimonios de los implicados en los
procesos productivos (empresarios, técnicos y trabajadores) sin que quede registrada
su memoria.
Y, para ser justo, las propias
insuficiencias de los que nos dedicamos al estudio y activación del patrimonio
industrial: visión excesivamente objetual del patrimonio (frente a su
territorialización y conceptualización), confusión terminológica y conceptual
en aspectos metodológicos, carencia de revistas especializadas de calidad (con
excepciones como Llámpara, TST o Ábaco) y problemas de coordinación, y a veces
de iniciativas similares, entre el universo cada vez más amplio del asociacionismo.
4- Con respecto a la reutilización y
gestión del Patrimonio Industrial ¿Crees que España está muy retrasada respecto
a otros países de Europa?
Pienso que está muy bien plantear
unidas estas dos cuestiones: reutilización y gestión. Ya que los uno es
inviable sin lo otro. En nuestro país estamos todavía en un nivel inferior al
resto de Europa. Echo en falta más iniciativas complejas, que vayan más allá
del simple cambio de uso (que recupera parcialmente el patrimonio en su forma
física, obviando sus contenidos sociales, simbólicos, muebles y territoriales).
Y, además, sigue siendo un problema el excesivo peso de la reutilización
“culturalista” y “turistizante” de los testimonios industriales en detrimento
de la continuidad de la producción industrial bajo las nuevas formas que la
economía ha adoptado en el siglo XXI (industria del conocimiento y de la
innovación y apoyo a la autogestión de los colectivos de jóvenes empresarios
–no me gusta el término de emprendedores-). Hay que investigar nuevas fórmulas
de activación que contemplen su uso 24 horas por medio de sistemas híbridos de
gestión donde coexistan la investigación, la creación y la producción (I+C+P)
en espacios destinados a vivienda-taller y vivienda-investigación. Los espacios
industriales son laboratorios para experimentar, tanto desde la sabiduría del
pasado (patrimonio) como desde los retos del presente (sostenibilidad).
5- Han pasado más de 10 años desde
la aparición del Plan Nacional del Patrimonio Industrial ¿Es una buena
herramienta para proteger, valorar y recuperar el Patrimonio Industrial?
Este Plan fue una gran idea, ha
tenido importantes logros, ha proporcionado definición y orientación. Ha
llevado a cabo intervenciones de gran calidad. Pero carece de operatividad de
acción debido al complejo marco de competencias de nuestro Estado de las
Autonomías y a las propias insuficiencias de gestión del Plan Nacional. Le
falta sentido estratégico patrimonial. Que puedo resumir con la siguiente
pregunta ¿Cuál ha de ser el estado del patrimonio industrial español en 2020? Y
para ello ha de existir en el seno del Consejo del Patrimonio Histórico Español
un consenso real, con fechas, acciones y responsabilidades claras. Ha de
redactarse un Libro Blanco del Patrimonio Industrial Español que contemple el
diagnóstico claro de lo realizado y las tareas pendientes. Esto es muy urgente
porque el tiempo (las presiones especuladoras, la fragilidad de los testimonios
y los cambios conceptuales) fluye cada vez a más velocidad. Y necesitamos un
marco de orientación y armonización de las iniciativas que nos conduzca a
estabilizar nuestra situación con la del resto de Europa.
6- ¿Es posible que si la Ley de
Patrimonio Histórico Español de 1985 hubiese reconocido el Patrimonio
Industrial directamente se hubieran evitado más derribos?
Todos sabemos que el hábito no hace
al monje. Indudablemente hubiera sido de gran ayuda (como vemos en aquellas
legislaciones autonómicas que si han incorporado con claridad el patrimonio
industrial) pero, incluso en estos casos (Asturias, Aragón Andalucía…) seguimos
en condiciones de gran precariedad y sobresalto continuado (La fábrica de Loza
San Claudio en Oviedo, la Fundición Averly en Zaragoza o la Fábrica de Vidrio
La Trinidad en Sevilla, por citar sólo tres ejemplos). Del mismo modo que el
estado español no puede renunciar a orientar las políticas generales, las
Autonomías deben contar con un Plan Estratégico de patrimonio Industrial.
Sabemos cómo hacerlo, tenemos los especialistas, contamos con las buenas
prácticas necesarias, conocemos a los agentes que deberían implicarse, hemos
detectado los principales errores. No es un problema de financiación. Es un
problema de ideas y de actitudes. Es un asunto de gran calado, debido a las
implicaciones diversas que tienen los asuntos del patrimonio industrial (su
transversalidad intrínseca) de modo que, de su gestión adecuada, se pueden
extraer numerosas transferencias extrapolables a otros géneros patrimoniales.
Estas variables del patrimonio industrial son sus dimensiones: territorial, desarrollo
local, participación, turismo, formación profesional, protección, gestión
activa, investigación, impactos medioambientales, reciclaje y rehabilitación.
7- El Patrimonio Industrial en la
Universidad ¿Crees que tiene presencia o es el gran desconocido?
La Universidad Española cuenta con
buenos profesores e investigadores. Pero está marcada actualmente por el
“síndrome del mercado” que se traduce en una orientación individualista, en una
huida hacia ningún sitio, en un escaso compromiso con la transferencia social
(con las excepciones conocidas) en función de:
University Rankings (de dudosa transparencia), agencias evaluadoras (de
escasa representatividad de enfoques investigadores) y de presión de la
promoción laboral (insoportable por su precarización). En este panorama, el
patrimonio industrial, es explicable la escasa visibilidad e
institucionalización de la docencia e investigación sobre nuestra materia. No
existe ninguna línea prioritaria, ni de formación y promoción del profesorado,
ni de investigación básica o aplicada, que se dirija a pensar qué hacer con los
espacios industriales abandonados desde una perspectiva integral, innovadora y
transversal. No existe ningún Instituto Universitario Avanzado sobre la Cultura
del trabajo en su amplio sentido e implicaciones. No hay Departamentos
especializados en Historia del Transporte, ni de la Ciencia, ni de la Técnica,
y, mucho menos del Patrimonio Industrial.
8- ¿Crees que se realizan
suficientes actividades y eventos para dar a conocer este patrimonio?
A veces pienso que son demasiados.
Entiéndaseme, me alegra su proliferación, pero me hastía su repetición de
formatos y objetivos. Suelen ser demasiado generalistas, no abordan
secuencialmente, en su diacronía planificada de convocatorias, los problemas
metodológicos, terminológicos y conceptuales que se detectan en cada
convocatoria. Hemos de ser críticos con nosotros mismos. Hemos de producir, en
éste campo de conocimiento tan joven una nueva cultura científica que conduzca
a una nueva cultura del patrimonio. Hemos de renovarnos. Hemos de incorporar,
rápidamente y científicamente, los nuevos enfoques y las nuevas herramientas
que están surgiendo por doquier. Y, que para mí, nos hablan de un cambio de
paradigma inminente del patrimonio cultural.
9- Algún caso de patrimonio
industrial en peligro que quisieras denunciar en estos momentos.
Bueno, no habría espacio en esta
entrevista y colapsaría este blog. Son incontables. Teniendo en cuenta las
transformaciones actuales del territorio -urbano, metropolitano y regional-, el
cambio de los modelos productivos -energía, organización laboral y equipos
técnicos-, las transformaciones sociales –tipología familiar, modos de consumo,
mercado laboral-. Los elementos, conjuntos y sistemas patrimoniales vinculados
a la industrialización, que están desapareciendo o ya se han desaparecido, son
muy numerosos. Ese es nuestro reto, pero también es la lógica interna de la
producción: su transformación constante y su extinción. Esa es la verdadera
fábrica. Hecha para ser modificada, para ser destruida. La fábrica no es un
monumento, aunque a veces lo parezca, es un espacio de flujos inmateriales (el
conocimiento técnico y las producciones simbólicas), de presencias físicas
(paisajes, arquitecturas, instalaciones y maquinarias), de conflictos
permanentes (entre los grupos sociales, entre éstos y la tecnología, y entre lo
anterior y el medio ambiente). En España, como indicaba antes, existe un
problema, no sólo de conocimiento, ni de percepción, ni de mentalidad, sino,
indudablemente de gestión. Debería crearse un Centro de Estudios de la Cultura
del Trabajo, dependiente del Instituto de Patrimonio Cultural de España, donde
se abordaran, planificada y estratégicamente, estos problemas que he ido
reseñando a lo largo de la entrevista y que concreto en: la gestión del
patrimonio documental (oral, escrito, cartográfico e iconográfico), en el
inventario general de patrimonio industrial español (suma de los ya realizados
con los que, urgentemente, se han de llevar a cabo, la formación especializada
en restauración de bienes industriales (muebles e inmuebles), en la orientación
sobre la conservación dinámica de los paisajes de la industrialización
(proyecto y ordenación).
10- Si te dejaran realizar alguna
acción sin importar el dinero ni los medios (soñar es gratis) ¿cuál es la
primera que harías?
Voy a pedir tres cosas. La primera
que haría sería constituir un grupo de trabajo en el seno del Instituto de
Patrimonio Cultural de España que abordara la redacción del Libro Blanco del
Patrimonio Industrial en España, desde la transversalidad intrínseca a estos
bienes culturales. La segunda sería convocar a las Asociaciones de Empresarios
y a los Sindicatos para abordar los problemas del patrimonio histórico
industrial activo. La tercera cosa sería pedirle a mi Universidad de Sevilla
que me concediera el lugar y los fondos necesarios para constituir un
Laboratorio Avanzado de Investigación sobre los Espacios Industriales.
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