Autor
artículo: Miguel
Rubio, en La Verdad
Huermur prepara un catálogo para
conseguir su conservación a través del Plan Nacional de Arquitectura Tradicional.
Una investigación sobre el estado de
conservación de los molinos que salpican la huerta alerta del grave deterioro
de estas construcciones de la arquitectura tradicional. El abandono avanza tan
rápido que «si en poco tiempo» no se toman medidas «los daños serán
irreversibles, o desaparecerán totalmente», según advierte José Antonio Moreno
Micol, autor del documento y uno de los miembros destacados de la Asociación
para la Conservación de la Huerta de Murcia (Huermur).
El informe se incluye entre el medio
centenar de ponencias que se expondrán con motivo del Congreso Internacional de
Molinología, que se celebrará en Murcia el próximo mes de mayo. La
investigación parte del 'Diagnóstico de la red de regadío tradicional de la
huerta de Murcia', presentado en 2011 por Huermur, y cuyos autores son José
Antonio Moreno y su hermana, Ángeles.
En la huerta de Murcia existían 36
molinos a principios del siglo XIX, según la 'Memoria sobre la población y los
riegos' de Rafael de Mancha del año 1835. Ahora solo se han podido documentar
24. Apenas media docena aparecen protegidos por el plan urbano, pero ni aún así
se han salvado de la desidia. Y el resto ha corrido una suerte parecida.
Únicamente el complejo hidráulico de los Molinos del Río, convertido en museo
por el Ayuntamiento, se mantiene en buenas condiciones. El caso más sonado de
este abandono saltó a las páginas de los periódicos a principios de 2008,
cuando la Junta de Hacendados derribó el molino de Oliver, en la pedanía de
Aljucer, en cuya fachada lucía un escudo nobiliario protegido como bien de
interés. El caso se verá ahora en los tribunales.
El citado estudio propone cinco
grados de conservación para el edificio y la maquinaria, que van desde 'muy
bueno' a 'difícilmente recuperable'. José Antonio Moreno lamenta que, en
general, el estado de mantenimiento de los molinos es 'malo'. Estos edificios
datan de los siglos XVII al XIX, si bien asientan sus pilares en el pasado
islámico de Murcia, como ocurre con el del Batán, en la pedanía de Zarandona.
Centro de biodiversidad
Se levantaron junto al cauce del río
y sobre las acequias con el fin de aprovechar la fuerza de las aguas del Segura
para moler grano y pimentón. También se utilizaron en la fabricación de la
pólvora y para tratar los tejidos de algodón. En su trabajo, Moreno detalla los
daños que sufren estas estructuras destinadas a la molienda. Pero también lanza
algunas ideas para su puesta en valor. Así, para los molinos de propiedad
pública sugiere que se destinen a equipamientos, como bibliotecas o salas de
exposiciones, locales de reunión de vecinos y sedes sociales, y , también,
negocios de hostelería.
Imagen de la noticia |
Hasta ahora, las propuestas para la
conservación de este patrimonio han caído en saco roto. Así ocurrió con el
molino del Amor, en el que Huermur planteó habilitar un centro de biodiversidad
de la huerta. Tampoco prosperó el proyecto de crear una escuela taller
municipal dedicada a la rehabilitación de elementos y edificios históricos de
este paisaje agrícola único.
José Antonio Moreno adelanta que
cuanto se disponga del catálogo completo, la intención es volcar toda esa
información en un mapa interactivo de la Asociación Nacional para la
Conservación y Estudio de los Molinos (Acem). Dicha entidad ha impulsado este
recurso digital con la intención de inventariar los ingenios tradicionales de
España. Huermur participa con la catalogación de molinos, norias, ceñas y otros
elementos huertanos.
Una vez terminado este inventario,
será remitido al Ministerio de Cultura para incluirlo en el Plan Nacional de
Arquitectura Tradicional. «Parece que se han dado cuenta de la importancia de
todo este patrimonio agrario, que se encuentra altamente amenazado», comenta
Moreno. El citado plan (que incluirá los elementos que conforman la
transformación humana del paisaje) aparece en las previsiones del Instituto del
Patrimonio Cultural de España, pero aún está en mantillas. En su web, el
Ministerio informa de que el documento está en fase de redacción y anuncia que
antes del verano se espera que reciba el visto bueno del Consejo de Patrimonio
Histórico.
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