Artículo de Antonio Agudo en ABC
Sevilla.
Nacieron como respuesta a los miedos de que nuevas hambrunas azotaran a la
población. Comenzaron a plantarse en la posguerra y el último se
construyo en 1984. Un total de 672
silos y 277 graneros. Enormes despensas para los cereales que se
convirtieron en una tupida red de almacenes para regular y controlar el un bien
tan básico. Con el paso del tiempo estos depósitos de grano fueron perdiendo su
fin original. Se fueron abandonando de manera progresiva convirtiéndose en
parte del paisaje agrario español. Sus
rotundas y sólidas formas eran la referencia visual en las campiñas,
pero los años, el olvido y el abandono los ha puesto al borde de la
desaparición.
Algunas voces reclaman que sean reutilizados y que se recupere
este patrimonio. Así lo ha hecho el colegio oficial de Ingenieros Agrónomos de Andalucía que ha
hecho un llamamiento al sector público y privado para reconocer en los silos
«una oportunidad dedotar a las pequeñas
poblaciones de nuevos equipamientos y servicios que contribuyan a
reactivar la economía y generar empleo». Una llamada de socorro que surge
después de que el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) se haya desprendido
de su Red Básica de Silos y Graneros ( casi un centenar de unidades en España,
12 de ellos en Andalucía).
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El FEGA
quiere aliviar el gasto que supone mantenerlos, ya que desde hace años no han tenido uso desde que
funciona la PAC (la Política Agraria Comunitaria). Según el BOE del pasado 24
de enero, donde se publica la forma de venta. «en primer lugar podrán optar a
su compra las Administraciones Públicas y también podrán ser ofrecidos a las
entidades privadas (empresas, cooperativas, etc.) que accederán a ellos por
subasta». Se quejan los ingenieros agrónomos que «de esta manera, un patrimonio
tan atractivo por su singularidad, podrá
pasar a inversores privados de manera sencilla sin los múltiples
trámites que lastraban estas iniciativas hasta la fecha».
También se pregunta el colegio
andaluz de Ingenieros Agrónomos ¿qué
puede pasar con los silos Andaluces? Parece ser que las seis
unidades denominadas «macrosilos» en Andalucía probablemente seguirán siendo
agrícolas, mientras que el resto de silos de menor tamaño, otros seis, pasaran
a disposición de los compradores que los eliminen o les concedan un nuevo uso.
Los macrosilos están ubicados en El
Cuervo (Cádiz), Valchillón y El Carpio (Córdoba), Las Cabezas de San Juan,
Marchena y Utrera en Sevilla. Los otros silos más pequeños se distribuyen en El
Cuervo (Cádiz), Santa Cruz (Córdoba), Guadahortuna (Granada), La Palma del
Condado (Huelva) y dos en Andújar (Jaén). A estos habría que sumar los 146 que ya son propiedad de la Junta y
que parcialmente también se encuentran en desuso.
El colegio
ofrece su colaboración para poner en funcionamiento o dotar de nuevos usos a
estos edificios construidos
por Ingenieros Agrónomos para que conserven su valor como patrimonio rural.
Entre ellas, el grupo de investigación que muestra su trabajo en www.silosygraneros.es destaca las
oportunidades de estos edificios para su reconversión como «ecohoteles u
hoteles con encanto como parte de una experiencia turística ligada a nuestro
rico patrimonio edificado, natural, gastronómico, etc. A lo largo de los
últimos años han estado desarrollando prototipos de gran interés
comercial».
Los silos y graneros ofrecen además
otras posibilidades de uso como almacenamiento de otros bienes (archivos documentales, almacenaje
robotizado, pellets, piensos), equipamientos públicos (deportivo,
cultural, docente, religioso, turístico, etc.) oficinas por módulos, viveros de
empresas, parque de bomberos, y debido a su rigidez estructural son un
excelente refugio para custodia de bienes de especial relevancia, incluso ante
terremotos.
Destaca la reconversión del silo de Fuentes de Andalucía (Sevilla) como
centro de recepción de visitantes y mirador turístico por parte del
Ayuntamiento de la localidad o el silo de Pozoblanco, en Córdoba, convertido en
teatro.
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