Los propietarios del histórico
entorno de la estación Campo Grande (Adif), cuyo futuro irá de la mano del
eterno proyecto del soterramiento, acaban de concluir las labores de retirada
de la deteriora cubierta de uralita del depósito de locomotoras. Este vestigio
ferroviario del siglo XIX, único por su forma de herradura en toda Europa,luce
ahora literalmente al aire sin que esté prevista una intervención a corto plazo
para garantizar su conservación, según reconocieron ayer fuentes del gestor de
infraestructuras.
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La Sociedad Alta Velocidad –el ente
público responsable de gestionar el soterramiento–, por su parte, espera su
cesión por parte de Adif –su titular– a lo largo de este año para comenzar «lo
antes posible» las labores de consolidación de sus muros y frenar así el
avanzado estado de deterioro que presenta esta edificación proyectada en 1863 y
que perdió su uso hace cuarenta años. La última intervención en esta
infraestructura abandonada se llevó a cabo hace ocho años para tapiar, sin más,
sus accesos desde el paseo del Arco de Ladrillo por la calle Santa Fe.
La presencia de amianto en la cubierta
de fibrocemento (uralita) de las naves laterales del depósito de locomotoras
llevó a la Fiscalía a abrir una investigación por un posible delito
medioambiental en abril y eso, en principio, pudo acelerar la decisión de Adif
de ordenar a una empresa especializada (Emfesa) el desmontaje de las placas.
Los trabajos comenzaron en noviembre y, según fuentes de la compañía, «han
concluido ya».
Partes sin retirar
Los vecinos del entorno, eso sí, se
preguntaban ayer «por qué han dejado algunas partes del tejado con uralita sin
retirar –como se aprecia en la fotografía–» tanto en el depósito en sí como en
las naves anexas.
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El futuro a largo plazo del depósito
de locomotoras, el proyecto incluido en el denominado Plan Rogers está valorado
en 6,8 millones de euros, pasa por su reconversión en una gran biblioteca
pública, que incluiría un café literario y una Casa del Ciudadano. Pero la
infraestructura ferroviaria, o lo que queda de ella, tendrá que seguir en pie
para entonces. «La idea es comenzar los trabajos de consolidación cuanto antes
una vez firmada la cesión», insisten fuentes de la Sociedad Alta Valladolid.
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