La Asociación en Defensa de las
Chimeneas y del Patrimonio Industrial de Málaga envió el pasado 18 de junio dos
escritos firmados por el presidente de la asociación, José Antonio Ruiz, a la
delegada de Cultura de la Junta de Andalucía, Patricia Alba, en los que alerta
del mal estado de la fábrica del Tarajal y reclama que por su valor patrimonial
sea declarada Bien de Interés Cultural.
En el primer escrito resalta que la
antigua fábrica del Tarajal, a pesar de contar con protección arquitectónica I
en el PGOU, mientras que la chimenea tiene protección integral, está sufriendo
«continuas agresiones vandálica y destructivas», por lo que hay «peligro de
desaparición del conjunto de esta obra histórica». Además, llama la atención
sobre la demolición «de partes fundamentales del conjunto» como la casa de
dirección y las de oficiales.
Por este motivo pide a la Delegación
de Cultura que se informe de las medidas tomadas por la Gerencia de Urbanismo,
«para la correcta preservación de este bien cultural tan importante para la
ciudad».
En el segundo escrito reclama que la
Junta inicie el procedimiento para que esta fábrica, inaugurada en 1930 como azucarera
y más tarde reconvertida en fábrica de corcho, sea declarada Bien de Interés
Cultural.
José Antonio Ruiz recuerda que El
Tarajal está incluido en la base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía
y que «admite fácil reutilización y puede servir para muchas funciones sociales
y culturales». Además, insiste en que al edificio, «cuyo estado de conservación
es deficiente», hay que buscarle «una solución definitiva» para preservarlo y
subraya que reúne «suficientes valores históricos para su declaración como Bien
de Interés Cultural», tanto en la categoría de monumentos como de lugares de
interés industrial.
La petición de la asociación se
produce pocos días antes de que los organizadores de las III Jornadas Andaluzas
de Patrimonio Industrial y de Obra Pública, que se celebrarán del 23 al 25 de
octubre en el Palacio de Ferias de Málaga, hayan ampliado hasta el 7 de
septiembre el plazo para la presentación de comunicaciones.
El director de las jornadas, el
profesor de la UMA Francisco Rodríguez Marín, aprovechó ayer para resaltar el
valor de la fábrica del Tarajal como posible sede del Museo de la Industria de
Málaga. «Es un edificio con unas posibilidades enormes, gran capacidad, un
espacio interior asombroso y desde el punto de vista estructural no habría
ningún problema».
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El profesor también señaló la
idoneidad de la antigua Tabacalera para instalar este museo, a su juicio muy
necesario en la ciudad. «Debería ser una de las señas de identidad de Málaga»,
planteó y recordó cómo hace 30 años había una «pobre relación entre Picasso y
su ciudad natal y hoy es un binomio indisoluble». Rodríguez Marín comparó la
relación con Picasso de hace tres décadas con la que en la actualidad la ciudad
mantiene con su patrimonio industrial, «que no es todo lo buena que debiera
ser, cuando es una parte de nuestra historia porque estuvimos a la cabeza del
desarrollo industrial de España».
En todo caso, abogó porque en ese
futuro museo haya una relación «entre contenedor y contenido», algo que a su
juicio se da tanto en Tabacalera como en la antigua fábrica del Tarajal.
También precisó la importancia de
que el futuro Museo de la Industria cuente con un proyecto museográfico, «para
que no sea un almacén de reliquias, porque el patrimonio nos tiene que enseñar
y Málaga, con una población universitaria y de enseñanza secundaria importante,
tendría que desempeñar un papel didáctico de cara a las ciencias y a la
tecnología, para mostrar cómo funcionaba una noria hidráulica o una máquina de
vapor», puso de ejemplo.
Por último, Francisco Rodríguez
Marín mencionó el potencial turístico que tiene el Patrimonio Industrial, algo
que «crea puestos de trabajo» y recordó que en las jornadas, que por primera
vez se celebrarán en Málaga, se darán a conocer unas rutas de Patrimonio
Industrial.
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