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martes, 22 de julio de 2014

Calahorra (La Rioja). Los molinos del Cidacos ven la luz.

Autora artículo Isabel Álvarez Navarro en La Rioja.

Calahorra contaba antiguamente con numerosos molinos en ambos márgenes del río Cidacos. En los últimos días han visto la luz algunos restos de una de estas desaparecidas infraestructuras que proliferaron, principalmente, durante toda la época de la Edad Media. Se trata, en concreto, de varias piezas de moler que pertenecían seguramente al molino de Raón.

La asociación Amigos de la Historia de Calahorra ha dado cuenta de este descubrimiento en su página web (www.amigosdelahistoria.com) En un artículo publicado en este portal se explica que el hallazgo se ha descubierto «al final de la 'cuesta del río' (calle del Doctor Fleming), en Minglanillos», donde tras una limpieza de un terreno han aparecido unas antiguas ruedas de moler, que «en un principio parecían columnas», se apunta desde la asociación.

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Tal y como recoge el colectivo en su web, este descubrimiento «es un testimonio de lo que en su día fue una actividad importante para la economía de la ciudad». De hecho, «aún, hoy en día, se conserva el topónimo, 'madre de los Molinos', que comienza en Livillos y que, según la documentación conservada en el archivo catedralicio, perdura desde el siglo X», añade Amigos de la Historia de Calahorra.

Las piezas de moler del molino de Raón han sido descubiertas en un solar aledaño a una vivienda, cuyos propietarios habían encargado una limpieza exhaustiva del terreno.

Restos «muy interesantes»
«Una socia de la asociación me llamó para contarme que habían aparecido unas columnas en ese solar y aunque yo no descartaba que fuera así, lo cierto es que al haber salido a la luz en esa zona sí que pensé que las piedras podrían ser de un molino», comenta el presidente de la asociación Amigos de la Historia de Calahorra, José Luis Cinca, para quien estos restos resultan «muy interesantes» puesto que son testigos de una infraestructura de gran relevancia en el pasado de Calahorra y que ya es historia.

La finca en la que se pueden ver las piedras de moler pertenece a una familia cuyos padres poseían un molino de trigo.

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