Se encuentra en peligro el último
vestigio de una harinera de Alicante que da a la calle Arzobispo Loaces.
De
harinera del siglo XIX a ático con spa del XXI.
Artículo
de José Manuel Caturla para Diario Información
La
pintoresca portalada de acceso a una fábrica de harinas del siglo XIX, situada
en la calle Arzobispo Loaces de Alicante, puede desaparecer por completo con el
desarrollo de una promoción urbanística, anunciada en esta misma ubicación. El
último resto de la arquitectura industrial que aún le quedan a la capital,
localizado en la zona del Ensanche de la ciudad, puede desaparecer por completo
si se plasma en la realidad el nuevo trazado urbano de la zona planteado por la
empresa constructora.
La
harinera del siglo XIX tenía el acceso principal por la calle Italia, en el
inmueble donde hasta hace unos meses funcionaba una conocida pizzería. A
medida que avanzaban los años, en plena época de ampliación urbana e industrial
por el llamado Ensache de Alicante, el viejo molino se convirtió en fábrica de
pan en 1902, en una factoría donde, según la prensa de la época, «fue necesaria
la inversión de importantes capitales» para «procurar simplificar el trabajo
del hombre sustituyéndole por soberbias máquinas».
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Por la calle Arzobispo Loaces se entraba al almacén de la fábrica, por una verja y unos pilares pintados en rojo y blanco que, unas cuantas décadas después -a mediados del siglo XX- se convirtieron en un taller mecánico, conocido como el Garaje Alcázar.
Durante
años, han accedido a esta parcela vehículos que utilizaba el pasaje como
aparcamiento privado, a modo de cochera particular. Pero los
derribos se fueron sucediendo, y desde hace meses, el solar está diáfano y
despejado para levantar una nueva edificación. De hecho, tanto en la caseta de
venta de pisos como en internet se pueden ver los planos del edificio. El
inmueble consta de 12 pisos de 3 dormitorios y exclusivos áticos con terraza y
zonas comunes con chill out, jacuzzi y gimnasio.
Alicante Vivo ha levantado la voz de
alerta ante la que considera «otro ataque al patrimonio de la ciudad». Un
componente de este colectivo, Alfredo Campello asegura que hace unos meses «la
empresa promotora cerró un acuerdo de palabra con la Concejalía de Urbanismo
para respetar esta entrada al solar, pero ahora no queda nadie de los
responsables de este departamento y, sin nada firmado, tememos que no se cumpla
la palabra dada».
Compromiso
«verbal»
Por su
parte, fuentes de la Concejalía de Urbanismo ha asegurado que «esos elementos
no tienen ninguna protección según criterios objetivos». Los técnicos sí
comparten la misma opinión que Alicante Vivo respecto al tipo de acuerdo
establecido con la empresa: «Sobre compromisos de palabra, no podemos saber lo
que hizo el anterior responsable del área, pero si hubiese querido protegerlo,
si fuese posible, lo hubiese exigido por escrito a la empresa». Cabe recordar
que, a finales de noviembre, el alcalde Gabriel Echávarri substituyó a varios
funcionarios en el Área de Urbanismo, a raiz de la salida del Gobierno Local de
Miguel Ángel Pavón.
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Ante las dudas sobre el futuro de esta portalada bicolor, Alfredo Campello reclama al Ayuntamiento que «respete la verja y los pilares en la urbanización del entorno. Pienso que la empresa debería integrar estos elementos, que le pueden dar prestigio al inmueble, al poner el valor un vestigio histórico de la ciudad».
Fuente
de la noticia http://www.diarioinformacion.com
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