Hoy es el último día de 2022 y quiero acabar este año con una entrada de una visita/experiencia muy especial que he vivido este año gracias a la invitación de Turismo Asturias para conocer parte de su Patrimonio Industrial. Hoy os quiero hablar de cómo fui minera por un día al visitar el Pozo Sotón de San Martín del Rey Aurelio (Principado de Asturias).
El sábado 12 de noviembre por la mañana fuimos Alba y
yo para comenzar esta maravillosa aventura que iba a ser “ser minera por un día”.
Entrar al conjunto del Pozo Sotón ya fue de por sí una impresionante
experiencia, poder estar en tan impresionante conjunto de Patrimonio Industrial
ya era algo que deseaba (un conjunto que es BIC desde 2014).
Nos guiaron hasta el edificio donde están los vestuarios para prepararnos para la visita, allí entramos a una sala donde los mineros (auténticos mineros) que nos iban a guiar por el interior de la mina (Jandro, Hugo y Marcos), nos explicaron cómo iba a ser la visita, pues íbamos a bajar a una mina de verdad y había que tener una serie de precauciones que nos explicaron, además de mostrarnos un pequeño video. Para poder bajar a la mina nos debíamos de equipar correctamente, tanto a nivel de vestuario, como de equipo necesario, equipo real, que os confieso que pesaba. Yo estaba feliz de poder vestirme de minero (incluyendo calzado) y poder tener una experiencia total (os confieso me sentía como una niña).
Tras estar todos equipados nos llevaron hasta la base
de uno de los castilletes, donde nos explicaron cómo íbamos a bajar en la jaula
hasta la 8ª planta bajo tierra, desde la cual bajaríamos a la 9º planta a pie.
Jandro nos da una explicación antes de bajar a la mina.
Foto con Alba antes de bajar en la jaula. |
En este punto es el último dónde se podían hacer fotos, pues teníamos que dejar los móviles para poder bajar a la mina, únicamente bajamos con el equipamiento de minero.
Nos subimos todo el grupo al interior de la jaula para bajar a la 8ª planta, tras hacer sonar la señal bajamos. A partir de ese momento iba a estar en el interior de una mina, y eso me emocionaba y me asustaba a partes iguales, sinceramente no sabía cómo me iba a sentir a tantos metros bajo tierra, en túneles poco iluminados y dependiendo de los mineros, quienes nos iban explicando todo a medida que avanzábamos, además de contarnos anécdotas y hacer bromas. La experiencia se hizo maravillosa en gran parte gracias a ellos, a los mineros, que nos explicaron cómo era su trabajo, un trabajo que ya me parecía durísimo al leer sobre ello, pero al escucharlos y bajar allí, sentí que eran de una pasta especial. No creo que todo el mundo pudiera dedicarse a un trabajo tan duro como ese.
Bajamos hasta la 9ª planta por un pozo y sinceramente
me agoté muchísimo (ya os digo que no soy deportista), teníamos que ir apoyando
manos y pies en estructura de madera, mientras avanzábamos, y ver a los mineros
avanzar tan ágiles y resueltos también me pareció espectacular.
Hubo un momento que nos paramos para que nos dieran
una breve explicación y nos dijeron que apagáramos las luces de nuestros cascos
y nos quedamos en una oscuridad absoluta, ABSOLUTA, fue algo que te removía por
dentro, pues pensar que te podías quedar en esa oscuridad da mucho agobio la
verdad. Nos explicaron que los mineros nunca iban solos y que deben confiar los
unos en los otros, por lo tanto cualquier discusión o rencilla se quedaba fuera
de la mina.
Pudimos usar, brevemente, una máquina para picar y barrenar con taladro, una experiencia también. Cuando estuve barrenando, instintivamente cerré los ojos y el minero me dijo que tenía que abrirlos para saber dónde estaba barrenando XD.
Estuvimos paseando por túneles de la mina y nos
subieron a un pequeño transporte minero. Finalmente volvimos a dónde se
encontraba la jaula para poder subir de nuevo al exterior.
Junto a Jandro y Hugo, tras salir de la mina. |
Acabé agotada pero feliz, salí con una gran sonrisa de allí, tras vivir una de las mejores experiencias de mi vida. Creo que es una experiencia que por más que la cuente no os vais a imaginar lo que es hasta que no la hagáis, yo os aseguro, que si puedo volver, repetiré la experiencia pero haré la visita larga.
Los siguientes días tuve unas agujetas horribles, por
cierto. Pero, eso no me importó, pues repetiría la experiencia.
Los mineros (Jandro, Hugo y Marcos) hacen que la
visita sea auténtica, desde aquí mi enhorabuena a ellos primero, y también a la
dirección por crear una actividad tan increíble y autentica.
Más
información sobre el Pozo Sotón
Que tengáis un FELIZ AÑO 2023, Y QUE SEA MUY INDUSTRIAL
Diana Sánchez Mustieles
Dra. arquitecto