Artículo de Ana Pilar Latorre para
El Día Soria
El patrimonio inmobiliario de
Gonzalo Ruiz Pedroviejo, quien fuera uno de los grandes empresarios de la
provincia en el siglo XX y quien introdujo el automóvil en Soria, cobra
especial importancia con motivo del proyecto de ampliación del Centro Cultural
Palacio de la Audiencia, que afecta a las propiedades de sus herederos, como
los Cocherones de Gonzalo Ruiz. Colectivos como Soria Patrimonio o Amigos del
Museo Numantino han reclamado protección para ese edificio, que conserva gran
parte de su estructura pero que se encuentra en estado ruinoso, especialmente
las cubiertas. Lo consideran un gran ejemplo de arquitectura industrial de la
ciudad y subrayan que es obra de Ramón Martiarena Lascurain, uno de los
arquitectos más prestigiosos de Soria de principios del siglo XX.
Las traseras de la Audiencia
conservarán tan solo la legendaria torre de Doña Urraca (denominada así por una
leyenda del siglo XIX que dice que
Alfonso I El Batallador encerró allí a su mujer) del Palacio de los Beteta o
Sorovega, atendiendo a la recuperación del patrimonio como uno de los ejes del
proyecto municipal y para darle un uso público. El edificio, del siglo XVI,
sirvió de hospedaje a nobles que visitaban Soria, como Santa Teresa de Jesús o
Felipe II. Sin embargo, desde Soria Patrimonio expresan sus dudas sobre la
manera en que se ha planteado la operación y la finalidad de recuperar el
patrimonio, ya que se descontextualiza la casa fuerte de su cerca y prados o jardines.
Los Cocherones de Gonzalo Ruiz, un
edificio histórico en la ciudad de Soria, no mantendrán su fachada. En el blog
dedicado a las traseras de la Audiencia se ofrecen detalles interesantes: «En
la primera mitad del siglo XX, hacia 1934, se comienza la construcción de los
Cocherones de Gonzalo Ruiz según proyecto del arquitecto municipal Ramón
Martiarena Lascurain, ocupando parte de los prados del palacio y del solar
anexo». Sobre la propiedad, recuerdan que pertenecían a la empresa de autobuses
del mismo nombre cuyos coches recorrían la provincia.
Destacan dos edificios de interés en
la construcción. El edificio principal, con acceso desde la calle Sorovega, se
construyó sobre la plazoleta triangular que había ocupado la antigua parroquia
de Nuestra Señora del Poyo. «Su planta se adapta al espacio irregular de la
plaza adosándose al perímetro amurallado del Palacio de los Beteta y
cubriéndose con una cubierta de dientes de sierra. La vetusta fachada presenta
tres amplios portones de acceso para los autobuses y dos bandas de huecos
rectangulares en las plantas superiores. La cornisa se corona con un frontón
mixtilíneo», recogen.
El segundo edificio se encuentra
dentro del recinto amurallado del palacio. Ofrecen más detalles, como que «es
de planta rectangular y la estructura
corresponde al tipo basilical, con tres naves longitudinales, una
central de 14 metros de anchura y 9 metros de altura, y dos laterales de 6
metros de anchura y 4,5 metros en su punto más alto. La nave dispone de 5
pórticos transversales con una separación entre ellos de unos 3,5 metros. La
fachada tiene dos puertas de acceso para los coches y un amplio hueco vertical
que da luz al interior».
Soria Patrimonio hace referencia a
que recientemente se ha publicado una entrada en el blog Patrimonio Industrial
Arquitectónico, que alerta sobre la destrucción de edificios con la
catalogación de la Fundación DOCOMOMO Ibérico de arquitectura moderna con
categoría B, correspondiente a edificios de importante consideración regional.
En el escrito se hace referencia a los cocherones como «un nuevo caso de
patrimonio industrial en peligro» del que han tenido conocimiento por Soria
Patrimonio. «Un nuevo caso donde ha interesado más conseguir un solar para
edificación residencial en gran parte y para ampliación de un centro cultural
en vez de proponer el estudio de un elemento tan interesante para plantear su
reutilización. Como siempre, se quiere vender como regeneración urbana eliminar
trama histórica y patrimonio para dejar un precioso solar para obra nueva…»,
critican. A ello se suma el artículo
sobre Art Decó en Soria de la revista cultural Cultura Diversa, de Víctor
Berzal de Miguel.
Gasolinera historicista. La
Gasolinera de los Doce Linajes es otro elemento fundamental del patrimonio inmobiliario
de Gonzalo Ruiz Pedroviejo. En Diario de la Historia soriana, los Amigos del
Museo Numantino se remontan a la puesta en marcha de este tipo de instalaciones
a mediados del siglo XX. «En aquella época había en Soria tres gasolineras. La
primera que se instaló en Soria estuvo localizada en la plaza de Mariano
Granados, pero cuando se construyeron los jardincillos se trasladó frente al
hotel Comercio en la hoy plaza Jurados de Cuadrilla. La segunda que existió se
encontraba en el cruce de la carretera de Logroño entre los talleres de Santa
María y el Hospicio. Y la tercera estaba en los talleres de Gonzalo Ruiz»,
detallan en su escrito.
Sobre la cuarta gasolinera, el pleno
del Ayuntamiento de Soria del 14 de agosto de 1947 trató la solicitud del industrial
soriano Gonzalo Ruiz Pedroviejo, quien manifestaba que «había sido autorizada
por la Compañía del Monopolio de Petróleos (CAMPSA) para instalar una estación
de surtidores de gasolina que sería conocida comercialmente como Los Linajes».
Por ello, el empresario pedía la correspondiente licencia para la construcción
de esta instalación en los montes cercanos a la calle Cortes, prácticamente
frente a la estación de tren Soria-San Francisco. La gasolinera fue autorizada
y en la actualidad es la más antigua de cuantas siguen funcionando en la ciudad
de Soria.
Soria Patrimonio realiza una
detallada descripción de la gasolinera, construida en 1947 y diseñada por el
arquitecto José Luis Navarro Anguela. «Se construyó en la confluencia de la
avenida de Navarra y las calles Alfonso VIII y Fueros de Soria, en lo que fue
una de las salidas hacia la carretera de Madrid, prácticamente frente a la
estación Soria-San Francisco». El diseño incluyó un edificio que «siguió las
formas compositivas racionalistas pero que se volcó sobre los repertorios
formales eclécticos que hicieron del resultado una pieza singular». «El cuerpo
principal se adaptó al ángulo interior de la parcela existente, del que se
desplegó una cubierta aterrazada y amplia marquesina curva sostenida por dos
potentes columnas dóricas, resolviendo el chaflán de la manzana», dice Soria
Patrimonio. Destacan el remate superior, «una especie de gablete
neorenacentista que enmarca la rueda de Los Doce Linajes de Soria cuyo sentido
reside en su papel de reclamo, la imagen de marca que da el nombre a la
gasolinera y como llamada de atención para el automovilista». La limpieza de la
geometría de la curva, influencia del Racionalismo y las formas aerodinámicas
del Streamline Moderne, se esconde tras el juego de volúmenes, cubiertas y
elementos ornamentales clásicos como columnas, pináculos de bolas y aleros con
canes», añaden.
Sobre los cocherones y la gasolinera se habla
en el apartado de la arquitectura del automóvil en el libro La morfología de
las ciudades. «Relacionados también con el automóvil se encuentran las
gasolineras, que empiezan a construirse en las ciudades españolas en los años
1930, que se diseñan en muchos casos con estilo racionalista y, a veces, con la
aplicación de importantes innovaciones técnicas para las marquesinas», recoge
la publicación. De esta manera, señalan que «algunas gasolineras se
construyeron también en estilo historicista», como el caso de la estación de
servicio de Los Linajes en la calle Alfonso VIII de Soria, del arquitecto zaragozano
José Luis Navarro Anguela en 1947 para Gonzalo Ruiz. Del empresario apuntan que
«tenía una compañía de autobuses y construyó también un garaje para ellos en el
mismo centro de Soria, junto a la Plaza Mayor, así como un grupo de casas de
estilo regionalista junto a la citada gasolinera». Dos elementos patrimoniales
importantes, uno de ellos a punto de desaparecer.
…
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