Patrimonio Industrial nacional e internacional

PATRIMONIO INDUSTRIAL - INDUSTRIAL HERITAGE - PATRIMOINE INDUSTRIEL

viernes, 17 de febrero de 2012

Comunicación presentada en II Congreso Internacional sobre Permanencia y Transformación en conjuntos históricos. Valencia

Hoy os quiero poner la comunicación que he presentado en este congreso la cual va junto al poster que os puse hace unos días.

La comunicación está publicada en las actas del congreso
http://permanenciaytransformacion.blogspot.com/

Nacimiento, crecimiento, declive y Parque Central. La trama industrial de la calle San Vicente.
Introducción
El periodo de la industrialización fue una etapa floreciente para la ciudad de Valencia, y así lo demuestra los grandes conjuntos industriales que se fueron asentando, que aun se pueden apreciar en alguna zona de la trama urbana histórica, que originariamente era la periferia de la ciudad. Dentro de esos conjuntos hubo uno de gran relevancia para la historia local, y que aun hoy se puede apreciar parte de su retícula tanto por la gran superficie de las fábricas que agrupó, como por el alto valor arquitectónico que tenían muchas de esas edificaciones. Se trata de la zona industrial que agrupa cuatro de los más interesantes complejos industriales y fabriles de la historia de Valencia: la conocida fábrica Macosa (antiguos Talleres Devís); fábrica de Hierros Hijos de Miguel Mateu, la Fábrica de harinas Belenguer; y la antigua Fábrica de Cervezas el Turia.
Esta agrupación industrial tuvo un papel muy importante en la historia “reciente” valenciana, tanto por su valor histórico como parte de su historia industrial, por su valor social como parte de la memoria del trabajo y por el alto valor constructivo y arquitectónico de alguno de sus edificios.
Se puede observar en fotos aéreas de diferentes años las “señales” en la trama urbana de este tejido industrial que ha condicionado históricamente la ciudad de Valencia. Una historia industrial de más de 80 años de duración, de un tejido industrial que nació, creció y está muriéndose lentamente con el Parque Central, el cual arranca con la llegada del ferrocarril a Valencia y la familia industrial Devis.

Nacimiento de una trama industrial
Los inicios de este tejido industrial los podemos encontrar en la llegada a Valencia del ferrocarril en el año 1851; en la construcción de la estación del Norte y de sus instalaciones ferroviarias anexas, con lo que se consiguió más movimiento de mercancías y viajeros, abriendo además parte de la muralla de la ciudad y por lo tanto abriendo el núcleo urbano a su crecimiento. Esta estación que fue, desde su primer momento, un punto neurálgico de la ciudad, convirtiéndose en centro de actividades comerciales y polo de atracción de actividades administrativas e industriales. Es de gran interés para comprender el origen y desarrollo de parte de los espacios que más adelante se planificarían para contener el futuro Parque Central.
Poco a poco se irían implantando diferentes industrias entre las vías ferroviarias y el camino de Valencia a Casas del Campillo, actualmente calle San Vicente Mártir; sus razones fueron la necesidad de situarse próximas a las grandes vías de comunicación y transporte; y también la necesidad de parcelas de mayor tamaño.

Plano de Valencia de 1925

Originariamente se encontraban en medio de la huerta, con algunas alquerías y barracas a su alrededor, siendo este su entorno natural hasta los años cincuenta del siglo XX. Era la periferia de la ciudad y seguía un camino que llegaría a ser una arteria de gran importancia que cruzaba el núcleo histórico de la ciudad.


Industrias que se emplazaron en la zona
Las diferentes industrias que se fueron asentando en la zona y que terminaron consolidando la trama industrial estudiada son: Talleres Devís (MACOSA); Hierros Hijos de Miguel Mateu; Harinas Belenguer S.A; y Fábrica de Cervezas el Turia.

TALLERES DEVÍS/ MACOSA
En el año 1922 Daniel Devís en nombre de Hijos de Miguel Devís, tras abandonar sus antiguas instalaciones en la carretera a Barcelona, por su pequeño tamaño y obsolescencia, adquiere, para construir unas naves, una parcela situada en el Traste 3 nº 107 de Camino de Valencia a Casas del Campillo, en unos nuevos terrenos con grandes posibilidades de expansión y con una mejor ubicación que sus anteriores instalaciones, que se comunicaban con toda la red ferroviaria y el tranvía de la ciudad. El proyecto estaba compuesto por dos naves y un pequeño edificio anexo como sección de forja, el cual fue obra del arquitecto valenciano Javier Goerlich Lleó. La parcela lindaba con la vía del trenet de la estación de Jesús a Nazaret y con las vías de acceso a la estación del Norte.
Con estas naves se iniciaba un ambicioso proyecto industrial de la industria Devis, que daría lugar al nacimiento de este tejido industrial valenciano y fabril, a lo largo del Camino de Valencia a Casas del Campillo entre el camino de Tránsitos y la Cruz Cubierta. Por su parcela pasaban las vías de acceso a la Estación de Norte, la vía estrecha, y por la puerta a lo largo del Camino Real, pasaba la línea de tranvías.
Se trataba de unos nuevos talleres, más grandes que sus instalaciones originales y con enormes posibilidad de desarrollo. En 1928 se adosan a las primeras naves otras dos de características similares y una cubierta a lo largo de las mismas, proyectadas por el ingeniero Manuel Torres Puchol.
Javier Goerlich desarrollará también el proyecto de la siguiente ampliación, entre los años 1928 y 1930, haciendo la fachada que daría al Camino Real a Madrid y el cerramiento de toda la fábrica que discurre por el Camino Real a Madrid y lo que hoy es la calle Almudaina, incluyendo la puerta de acceso principal.
Poco antes de comenzar la Guerra Civil los Devis duplican la superficie de sus instalaciones y se construye la conocida nave de máquinas de diente de sierra (esta nave es la imagen que tiene en la memoria todo el que conoce esta fábrica), diseñada por el ingeniero Vicente Llorens y el arquitecto Antonio Gómez Davo.
 En 1935 se proyecta una nueva nave de estructura metálica en el patio interior, entre la fachada de las naves originales y el muro exterior lindante al Camino Real de Madrid, diseñada por el ingeniero Vicente Lloréns Cerveró. Esta obra se paralizó hasta que en el año 1937 se decide reemprender las obras, terminándolas en mayo del mismo año, así como unos edificios auxiliares dedicados a vestuarios y oficinas, proyectados por el arquitecto Antonio Gómez Davó y otro edificio dedicado a comedor, bajo el cual se construyó un refugio antiaéreo.
Este conjunto terminó ocupando dos parcelas de gran superficie separadas por una pequeña fábrica de harinas.

Representación pictórica de MACOSA (1947)


FÁBRICA DE HARINAS BELENGUER 
Entre las dos parcelas de las instalaciones de Devis, se construyó hacia los años 20 una pequeña fábrica de harinas, sobre todo si se compara con las grandes instalaciones industriales de Devis. Se trataba de un molino harinero construido por Vicente Belenguer, fábrica harinera familiar creada en 1907. Más adelante pasaría a denominarse Harinas Belenguer SA.
La fábrica estaba compuesta por un volumen compacto, que era el molino, con seis alturas (con tipología de fábrica de pisos), y otras naves sencillas de una altura y de menor entidad. Tiene un diseño sencillo de estilo racionalista, fachada con regularidad en los huecos, de arista viva sin molduras. Hecho con estructura porticada y cerramientos de ladrillo revestidos. Esta fábrica fue reformada hacia el año 1950.
Vista de la fábrica de harinas Belenguer SA (Diana Sanchez, 2007)



FABRICA HIERROS DE HIJOS DE MIGUEL MATEU
Este conjunto industrial dedicado a la manipulación y construcción de estructuras de hierro fue construido entre los años 40 y 50, al lado de una de las parcelas de las instalaciones Devís.
Este complejo estaba compuesto por cuatro naves de carácter industrial y una serie de construcciones dedicadas a oficinas, almacenes de materiales y otras edificaciones auxiliares. En general el conjunto estaba construido con un diseño de carácter funcional sin ningún alarde decorativo.
La fachada principal y de acceso del conjunto recaía al Camino de Valencia a Casas del Campillo, también contaba con un apeadero ferroviario.
Las naves industriales eran de diseño puramente funcional, con amplios espacios diáfanos, de gran altura y mucha iluminación, para poder realizar adecuadamente el desarrollo de la producción industrial de manipulación del hierro. De planta rectangular sencilla y alargada, con estructura metálica bastante elaborada y cubierta a dos aguas con acabado de teja cerámica. Estas naves tenían su fachada principal recayente a la calle San Vicente, con acceso directo mediante una amplia portada adintelada. La única licencia estética que se tomaron en el diseño de estas construcciones fue en la fachada, mediante un gran ventanal tripartito con arco apuntado de estilo neogoticista.
El resto de instalaciones auxiliares para almacenes y oficinas eran sencillas construcciones, también de planta rectangular de una y dos alturas con cubierta plana.
En general todo el conjunto sigue un estilo sobrio y funcional construido en fábrica de ladrillo revestida, estructura metálica y cubierta de teja cerámica.

Plano de zona industrial en el año 1929


FÁBRICAS DE CERVEZAS EL TURIA
Un grupo de empresarios catalanes y valencianos constituyó  una sociedad para crear en Valencia la Fábrica de Cervezas El Turia, los cuales construyeron sus instalaciones en el año 1947, en una parcela entre las vías del tren y la carretera Real de Madrid, junto a la cruz cubierta, dando la fachada principal y el acceso a la actual calle San Vicente Mártir. Conformando esta fábrica el total del conjunto industrial que aquí se estudia, siendo la última en construirse.
 La empresa El Turia fue una de las primeras dedicadas a la fabricación de cerveza en Valencia, siendo por tanto pionera y su fábrica única hasta los años sesenta. Fue una industria con un gran volumen de producción, llegando a recibir el título de Empresa Ejemplar Española.
La fábrica tenía una superficie de más de 30.000 m2, y se encontraba distribuida en un edificio principal de siete pisos de diseño sencillo y líneas rectas, con un claro estilo racionalista, con amplias naves iluminadas con grandes ventanales de diseño funcionalista alrededor del edificio principal. No existe ningún alarde decorativo en todo este conjunto, su diseño se planteó desde un punto claramente funcional.

Crecimiento De la trama industrial
La morfología urbana de esta aérea industrial no es muy irregular delimitada por la línea férrea donde se adosan las instalaciones en parcelas absorbiendo zonas rurales en su origen, apoyadas también en el Camino de Valencia a Casas del Campillo, siendo la otra línea que delimita la zona.
Este tejido industrial fue el escenario de la bonanza económica industrial de Valencia en la primera mitad del siglo XX; y en la segunda mitad del siglo XX todas estas industrias fueron ampliándose, reformándose y mejorándose a medida que aumentaban las necesidades de las empresas, debido al aumento de la demanda del producto y por tanto crece su producción.
Además tenían buena conexión con las vías de comunicación y transporte, estos conjuntos industrial disponían de apartaderos y desvíos que comunicaban directamente con la red ferroviaria y la red de transportes urbanos; creándose una zona de actividades y tránsitos industriales.
Cada una de estas empresas tuvo una evolución diferente dentro de un entorno urbano común.

En el año 1947 se fusionó Construcciones Devís con la fábrica “La Material” de Barcelona, naciendo “Materiales y Construcciones S.A” (MACOSA), esta denominación es por la que se conoce popularmente a este conjunto.
 La implantación total de esta industria tenía un suelo de más de 55.000 m2 y una superficie construida con más de 44.000 m2, que formaban un conjunto de 23 construcciones que ocupaban dos parcelas. Todo el conjunto contaba con naves de producción, almacenes, edificios de oficinas, depósitos elevados y otras estructuras dedicadas en su día a la fabricación de material ferroviario.

La fábrica Macosa fue la primera industria metalúrgica valenciana durante décadas.
En los años setenta se realizaron una serie de reformas y acondicionamientos en las instalaciones de la fábrica El Turia, con la construcción de una maltería a la derecha del edificio principal de pisos. Todas estas ampliaciones fueron fruto  del  aumento de las necesidades de la industria debido a un notable crecimiento del consumo.
Plano de zona  estudiada en el año 1970

La existencia de toda esta actividad industrial y los cambios sociales producidos en la ciudad, fueron propiciando que cada vez más trabajadores buscaran vivienda cerca de las fábricas. Y además el desarrollo del transporte de automóviles aumentó a lo largo de Camino Real a Madrid el cual, poco a poco se iba llenado de pequeñas viviendas de una o dos alturas (de las cuales aún quedan algunas muy representativas de la arquitectura de su época).
Vista naves Hierros Hijos de Miguel Mateu desde calle San Vicente (Diana Sanchez, 2007)

Estas diferentes industrias promovieron la construcción de edificios de viviendas alrededor de sus fábricas. Es por ello que parte de las personas que hoy en día se encuentran en los barrios alrededor de estos conjuntos pueden haber sido trabajadores o hijos o nietos de trabajadores. Como por ejemplo la fábrica El Turia, la cual promovió a finales de los años 60 en el barrio de San Marcelino la construcción de dos bloques de viviendas para sus trabajadores.

La planificación interior de cada una de las industrias que componen este gran conjunto se planificaron con líneas diferentes, como se aprecia en las figuras 8 y 9, según las necesidades de cada una de las industrias. Dando como resultado un conjunto que hasta los años 2009 se podía contemplar casi en su totalidad.

Planimetria del conjunto con alturas mediante sombras arrojadas

Declive y abandono de las instalaciones industriales.
La antigua fábrica Macosa finalizó su actividad entre los años 1996 y 1997 en su ubicación actual, cuando, con el nombre de CEC-ALSTRON, trasladó toda su actividad industrial a un polígono industrial de Albuixec. Se cerró la vieja fábrica de la calle de San Vicente Mártir  y sus apartaderos ferroviarios se cerraron definitivamente, vendiendo los terrenos a una inmobiliaria.

Foto aérea del conjunto en el año 2001
La fábrica de Hierros Hijos de Miguel Mateu cerró sus puertas e instalaciones entre los años 80 y 90. Dejando unas naves de gran tamaño sin uso y abandonadas.
A mediados de los años 90 la compañía de cervezas Damm SA compró la totalidad de la fábrica El Turia y poco tiempo después decidió cerrarla y desmantelarla, incluida la maquinaria, vendiéndola finalmente a una inmobiliaria.
De todo el conjunto únicamente la fábrica de Harinas Belenguer sigue en plena actividad, aun encontrándose en un entorno tan deteriorado a su alrededor.

Su abandono progresivo, unido al crecimiento de la ciudad y al inacabado borde urbano recayente a las vías del ferrocarril, ha provocado un deterioro en el tejido urbano y su entorno inmediato. Al ser abandonadas todas las fábricas de estos grandes conjuntos, pasaron poco a poco ser un foco de marginalidad; ocupándose por okupas y gente sin techo, provocando las quejas de los vecinos pidiendo una solución a este problema.
Vista aerea del conjunto en el año 2007
La falta de un planeamiento de desarrollo a la hora de la implantación de todos estos conjuntos no permitió la renovación urbana con facilidad, propiciando la degradación de la trama quedando obsoleta. Absorbidos por la trama urbana de la ciudad, encontrándose rodeados por ella, estas grandes parcelas industriales se convirtieron en codiciados espacios para el desarrollo de un plan urbanístico muy “esperado” y ambicioso. Todo el conjunto se situaba dentro del área de influencia del Parque Central, siendo una zona de amplia reordenación urbanística (un parque planificado desde hace años).

Planificación del Parque Central
La actuación urbanística “Parque Central” y estaba prevista por el Plan General de 1988 como propuesta estructural esperando que fuera una pieza de gran importancia para el futuro urbanístico de la ciudad. Uno de los objetivos el de mejorar la integración urbana del ferrocarril en el área central de la ciudad de Valencia, facilitando el desarrollo de la Operación Parque Central prevista en el Plan General de Ordenación Urbana de 1988 operación que supone una recualificación del tejido urbano y la oferta de permeabilidad transversal en el área de instalaciones ferroviarias entre el Nuevo Cauce y la estación del Norte de Valencia.

Parte de plano estructura urbana. Alineaciones y alturas de la edificacion, planificadas en el Parque Central
Con esta actuación se está redefiniendo un gran sector de la ciudad y todas sus cualidades, planificando que un suelo que originalmente era industrial pasara a ser dotacional y residencial.
La propuesta plantea la ordenación pormenorizada de los terrenos ocupados actualmente por las grandes instalaciones industriales, talleres y almacenes (que requieren ser trasformados desde su actual calificación de suelo.
Todas estas antiguas instalaciones industriales de diferentes propietarios privados, con una superficie en conjunto de aproximadamente unos 146.000 m2, se considera, dentro de este plan, que constituyen barrera infranqueable reforzada por las vías del ferrocarril. El frente continuo de estas instalaciones fabriles impide las conexiones de tráfico rodado entre los barrios situados a uno y otro lado del pasillo de acceso ferroviario.
En todo este planteamiento y en todos los estudios realizados no se ha considerado la preservación de estos conjuntos industriales, pues se consideran que están fuera de ordenación por su uso y falta de adecuación al mismo entorno urbano, además de considerarse que no tienen ningún valor. El catálogo previsto en la homologación del PGOU, dentro de la actuación general del Parque Central, sólo incluye la chimenea de la fábrica del Turia. Además, gracias a un movimiento vecinal, de antiguos trabajadores y otras personas interesadas en el patrimonio se ha terminando mantenido la nave de máquinas de Macosa.
No se ha previsto ninguna solución de reutilización de todas estas antiguas edificaciones para nuevos usos, condenándola al derribo.

Comienzan los derribos
Entre agosto y septiembre del año 2009 se realizó la demolición del complejo Devís-Macosa, demoliendo todo el conjunto de naves industriales en desuso, excepto la nave de máquinas, de 2.000 m2, que va a ser conservada y restaurada como muestra de la arquitectura industrial valenciana, dejándola aislada en una gran parcela.

La única nave mantenida de Macosa, la nave de máquinas (Diana Sanchez, 2011)
El derribo de las antiguas instalaciones de la fábrica de Hierros Hijos de Miguel Mateu se realizó durante este año 2011, eliminando todo rastro de esta antigua instalación industrial, quedando únicamente un gran solar vacío.

Vista interior de una nave del conjunto de Hierros Hijos de Miguel Mateu (Diana Sanchez, 2011)

En la actualidad quedan en pie la mayoría de los edificios de la antigua fábrica El Turia, pero en un estado bastante lamentable, debido tanto a la falta de mantenimiento, al saqueo continuo, como al uso de interior por indigentes y a los visitantes desaprensivos.

Vista trasera del conjunto El Turia degradado y abandonado (Diana Sanchez 2011)
La fábrica de Harinas Belenguer aun sigue en plena actividad con todas sus instalaciones intactas.

Vista harinera Belenguer SA desde la parcela vacia de Macosa (Diana Sanchez 2011)
Está proyectada la demolición de ambos conjuntos (El Turia y Belenguer), pero aun no se ha planificado la fecha de estos derribos. Únicamente quedará en pie una chimenea de ladrillo de la fábrica El Turia en medio de espacios dotacionales, como un hito silencioso y descontextualizado de la industrialización valenciana.

Conclusiones
A medida que avanza la planificación y derribo de estas instalaciones sobrevive menos de estos conjuntos industriales cargados de historia y significado, que se podrían haber considerado un conjunto de arqueología industrial (para académicos y personas interesadas en este tipo de patrimonio es así) muy importante para la ciudad de Valencia.
Se debería haber hecho un esfuerzo para preservar una parte más significativa del mismo, y que quedara integrado dentro de la trama urbana actual como referencia histórica de la historia de Valencia; y no solamente preservar una chimenea de ladrillo aislada en un lado y una nave aislada en otro, totalmente descontextualizadas de su entorno original. Este compromiso lo considero insuficiente ante un conjunto de tal valor como este.
Su preservación y rehabilitación, y no su derribo, habría dado a la zona un valor histórico y social añadido. Además habrían sido magníficos contenedores para equipamientos públicos, debido a su gran tamaño. Parte de las naves de Macosa tenían un gran valor arquitectónico y de autoría pues en su diseño y construcción intervinieron importantes arquitectos como Javier Goerlich y Antonio Gómez Davó.

Pero debido a los últimos años de abandono y degradación, la imagen que se tiene de este conjunto industrial es de marginalidad, pero esta no es la imagen que debería quedarnos en la memoria, sino la imagen de prosperidad industrial valenciana.

Lo único que quedará de todo este complejo es una chimenea, una nave, pero sobre todo y más importante, el recuerdo de todo un barrio obrero de las industrias en las que trabajaron y de todas las personas que valoran este tipo de vestigios industriales. Formaban un paisaje industrial de más de 80 años de antigüedad y en poco tiempo van a dejar de existir.

En último lugar me gustaría destacar la inexistencia de un estudio y clasificación en condiciones de los diferentes volúmenes existentes en todo este conjunto industrial, para tener al menos una memoria y un inventario sobre los conjuntos antes de su demolición. La única industria estudiada ha sido la de Devis/Macosa, gracias a una iniciativa privada tanto por la empresa, como por antiguos trabajadores como por personas interesadas por este patrimonio.

Diana Sanchez Mustieles

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Se hecha en falta una referencia al enorme molino de arroz situado en lo que hoy es el edificio Iturbi, que estaba separado de talleres Devis por el callejón donde discurría el tren de Nazaret ya la serrería situada cerca en la misma calle Moncayo, quizás esta no sea tan antigua, pero junto a las empresas de transporte que poblaban la antigua Peris y Valero (hoy pianista Amparo iturbi), conformaban parte de esa trama industrial de la calle San Vicente.

Patrimonio Industrial Arquitectónico dijo...

Buenas tardes,
Me apunto la referencia que me comenta sobre ese gran molino de arroz,del cual no tenía constancia. Buscaré más información al respecto para futuros trabajos de investigación.
Si tuviera más información sobre el mismo o donde podría localizarla, pongase en contacto conmigo.

patrimindustrialarqco@hotmail.com

Muchas gracias

Anónimo dijo...

Hola. Yo vivi en la Calle Amparo Iturbi desde el año 68 hasta 2002.
Recuerdo tambien el molino arrocero y en la serreria trabajo mi padre como contable.
La verdad es que intente buscar los negocios que recordava de mi calle de la infancia - la empresa de trasportes, una bodega, una polleria....- mas pornostalgia que por otra cosay solo he encontrado algo cercano en tu ponencia.
El comentario del otro participante me reafirma dobre la existencia del molino.
Pero no puedo dar ninguna informacion precisa ya que se trata de recuerdos muy difusos.
En todo caso,gran parte de mis vecinos trabajaban en Macosa. Y la escritura del piso de mis padres lleva la direccion de Avda Peris y Valero.
Al otro lado de la Calle San Vicente recuerdo tambien los enormes solares dedicados a uso militar.