Artículo de Marta Gómez para La Voz
de Galicia
Contar con un basto patrimonio
histórico, como le ocurre a Noia, tiene como contrapartida la necesidad de
disponer también de recursos suficientes para garantizar su conservación. Y es
ahí donde muchas veces cojean las Administraciones: se apuesta, como no podía
ser de otra forma, por mantener el legado de los antepasados, pero eso no
siempre va acompañado de las inversiones necesarias. Es lo que le pasa a la
antigua curtiduría de A Chaínza, que un lustro después de la última
intervención realizada en sus ruinas, sigue esperando nuevos fondos que
garanticen su preservación.
Tras su adquisición por parte del
Concello, en el 2010 se realizó en el solar y los restos de la fábrica una
actuación de limpieza y consolidación de las estructuras. Era el primer paso
para recuperar la vieja construcción y llenarla de vida nuevamente, pero a esa
intervención, en la que se invirtieron 140.000 euros, no le sucedieron otras
encaminadas a completar la restauración de la fábrica, que desde entonces se ha
mantenido invariable.
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El nuevo equipo de gobierno local,
preguntado sobre sus planes con respecto a la curtiduría, que además se ha
incluido en el catálogo del nuevo plan urbanístico que se está tramitando,
asegura que mantiene el objetivo de restaurarla, pero el problema de la
financiación persiste
Buscar fondos
El portavoz del ejecutivo noiés,
José Manuel Lage, indicó que entre sus pretensiones está la de «impulsar a
rehabilitación desta fábrica para destinala a fins culturais e educativos». Sin
embargo, el Concello «non dispón de fondos para afrontar a obra», así que el
gobierno buscará la colaboración de la Xunta y el Estado.
Fuente
de la noticia La Voz de Galicia
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