Hoy tengo el placer de poneros este interesante y exhaustivo artículo sobre
el patrimonio industrial petrolero venezolano realizado por Lucia Sánchez
Figueroa, quien ha sido tan amable de facilitarme el texto y las imágenes para
que podáis leerlo desde mi blog.
EL PATRIMONIO INDUSTRIAL PETROLERO VENEZOLANO
Autora
Arq. MSc. Lucía Sánchez Figueroa
Université Paris 1 Panthéon Sorbonne / PDVSA IyC
No podemos abordar la cuestión del patrimonio industrial petrolero
venezolano sin ubicar al petróleo en el marco de la historia de la técnica. El
petróleo se sitúa, a partir de 1860,
como el elemento central del
sistema técnico (1) de la segunda industrialización, es decir, el sistema
petróleo / electricidad / aleación.
De manera general, la energía ha representado para todas las sociedades, un
instrumento indispensable para moldear los elementos de su subsistencia. Es
ella, con su desarrollo tecnológico, la que determina y garantiza los modelos
de civilización. Por lo que se puede afirmar que el progreso o el retroceso de
una nación, sus máquinas de defensa y la calidad de vida de la población, están
intrínsicamente ligados al aprovechamiento de sus recursos. Es su potencial y
su disponibilidad quienes condicionan el grado de utilización.
En el caso de los países latinoamericanos con reservas significativas,
entre ellos México y Venezuela, la
irrupción del petróleo en la primera mitad del siglo XX, tendrá consecuencias
evidentes, tanto en los procesos sociales (economía, política, cultura e
ideología) como en la organización territorial de los espacios productivos y en
la urbanización.
(1). Desarrollado por Bertrand Gille y actualizado por par Anne-Françoise
Garçon.
(2). Negrón, M. 2004. “Infraestructura petrolera en Venezuela 1917-1975:
Conquista del Territorio, Poblamiento e Innovación Tecnológica”. Petróleo
Nuestro y Ajeno. Venezuela: UCV. Pp.
113.
Del paisaje rural al paisaje
industrial
Desde el nacimiento de la
República hasta finales del siglo XIX, el café representó
para Venezuela el principal producto de exportación; durante dicho período la
economía venezolana estaba sujeta a los cambios que experimentaba el precio de
dicho rubro en los mercados internacionales, hasta 1914, un mes después de
haberse iniciado la primera Guerra Mundial,
cuando la Caribbean Petroleum Company (Shell) inició la explotación intensiva
del petróleo. A partir de ese momento,
Venezuela se convirtió en el foco de las inversiones internacionales tanto por
sus considerables reservas de crudo como por la instrumentación de la llamada
“política petrolera más liberal de toda América latina”(3).
Sin embargo, la actividad petrolera no estaba constituida únicamente por el
intercambio económico. Ella representó un cambio abrupto de complejo técnico,
social y territorial. La experiencia de los poblados industriales petroleros
reconfiguró las identidades regionales, introdujo nuevos modos de vida
(reformulación de los espacios públicos y privados, cambios en la noción del
tiempo, etc.).
Los ingresos fiscales petroleros, de 1917 en adelante, según lo describe la Revista Técnica
del Ministerio de Obras Públicas, estuvieron destinados a la construcción de
carreteras llamadas “carreteras petroleras”, ya que la comunicación del
territorio era obligatoria para la exploración, perforación y producción de los
yacimientos petroleros de la
Costa Oriental del Lago de Maracaibo, pues, además de la
necesidad de transportar personal y equipos, era necesario transportar el
petróleo y el gas producidos, por lo que además de carreteras se construyeron,
puentes, puertos, aeropuertos, terminales de ferrocarriles, oleoductos, entre
otros. Igualmente era necesario alojar al personal técnico y obrero en zonas
deshabitadas, lo que implicó la construcción de campamentos y otras
facilidades.
Población de Lagunillas, 1928 (Fuente: Branch, E, 2007) |
Así, en el sur del lago, en las
afueras de la ciudad, las empresas petroleras concesionarias, europeas y
norteamericanas establecieron las oficinas y residencias (poblados industriales),
donde el personal directivo residía
separado por un muro del personal obrero con sus familiares. Cada sector poseía
una escuela, iglesia, proveeduría, entre otros.
Las diferencias entre el área de un personal técnico y el obrero era muy
marcada y a partir de 1928, surgen múltiples denuncias ante el presidente de
Venezuela, Juan V. Gómez, explicando las profundas contradicciones de las
condiciones de vida en los campos petroleros entre los trabajadores extranjeros
y los nacionales (los obreros), así como infracciones y abusos contra las
familias pobres que rodean los campos, por lo que se volvió frecuente la
contaminación de las aguas del lago y los incendios.
Población de Lagunillas 1928 (Fuente: Sleightholm, S, 1960) |
(3) Sullivan. W. (1992) “Situación económica y política durante el período
de Juan Vicente Gómez”. Política y Economía en Venezuela 1810-1991. Caracas:
Fundación Boulton. Pp. 158
Los campamentos: Poblados
industriales petroleros
Al estabilizarse la actividad petrolera, los asentamientos que inicialmente
crecieron de manera violenta y estaban conformados por viviendas inestables y
poco salubres, se convirtieron en pequeños centros con servicios de ciudad
subsidiados todo por cuenta de la empresa. Dichos poblados estaban constituidas
por: residencias de obreros, residencias de técnicos y residencias de solteros,
con sus correspondientes servicios asistenciales, educativos, religiosos y
recreativos, oficinas, talleres, depósitos e instalaciones auxiliares,
proveedurías, restaurantes y clubes, etc.
Economato, campo e iglesia de campamentos de la empresa Creole 1940 (Fuente: Tnkier, 2006) |
Sin embargo, solo cambiaron formalmente, porque desde el punto de vista
humano ha quedado comprobado como a
nivel mundial, dentro de los fenómenos de expansión de la
industrialización, como los poblados industriales aprovecharon su ubicación en
las afueras de las ciudades para utilización de las energías naturales, de la
mano de obra, y desde el punto de vista
ideológico y territorial impulsando la moralidad, el individualismo, la
religión y la obediencia al patrón en un ambiente más controlado que en la
ciudad, pues estando en las afueras era mucho más fácil tener el dominio de
cualquier tipo de actividad fuera de la norma, como las revueltas sindicales. Partiendo
de esta perspectiva, “la vida en los campos implicaba una rutina diaria que
incorporaba a los obreros y sus familias en actividades deportivas, diversas
funciones sociales, clases nocturnas de adiestramiento, sanidad, y hasta la
instrucción religiosa, en muchos casos subsidiada por la empresa, ya que
párroco solía recibir una contribución monetaria de la empresa” (4).
Los campamentos petroleros pasaron a ser el elemento clave de la historia
del petróleo en Venezuela y uno de los temas centrales de la crítica social a
la industria petrolera, a partir de 1920. “Desde el inicio eran núcleos residenciales
aislados donde la cerca era, al mismo tiempo el símbolo y la barrera que
separaba las distintas zonas del campamento, según la categoría de los
trabajadores (directivos, técnicos y obreros), y al propio campamento con el
exterior” (5).
El concepto de comunidad cerrada
permaneció sin variación hasta 1937, primero por el decreto presidencial y
segundo porque a partir de 1938, con la nacionalización del petróleo mexicano,
Venezuela se convirtió en el único país de América Latina que permitía la
explotación petrolera por empresas extranjeras. Por lo que a partir de esa
fecha, las empresas realizaron un programa de relaciones públicas dirigido a
los obreros y empleados, en el caso de la empresa Creole Petroleum Corporation se llamó El Farol y Nosotros.
Control de acceso, cerca electrificada, entrada de un campamento (Fuente: Valery, 1980) |
Aunado a esto, empezaron a tomar en cuenta
ideas que a nivel mundial se estaban manejando desde principios del siglo XX
para reconciliar las ventajas del campo y de la ciudad asociados a las
condiciones de la vivienda obrera de las ciudades industriales, la falta de
higiene y salubridad. Ideas con gran
repercusión en el urbanismo de esa época como la de E. Howard de 1902 en su libro, Garden
Cities of Tomorrow, propuesta surgida en el contexto de las preocupaciones
de los pre-urbanistas ingleses de final del XIX. A partir de los seguidores de Howard
y del Movimiento de Ciudades Jardín, la forma de urbanización suburbana
residencial de baja densidad, donde el trabajo y la residencia seguían estando
vinculados, es lo que más se propagó de las ideas de época y la que fue
adoptada por las empresas trasnacionales en Venezuela, aunque se realizaron muy
pocas bajo este esquema por el mantenimiento que requerían, pues además de los usos acostumbrados en las colonias
industriales proponían:
[…] parques, escuelas, un salón
público para conferencias, conciertos, distracciones, reuniones sociales y
públicas, una escuela para educación elemental y técnica, biblioteca pública,
museo, galería de arte, club social para hombres y mujeres y cafetería, pero no
taberna, debían formar los entornos edificados alternativos a los existentes en
las ciudades. Dispensario, sanatorio, casa de convalecencia, almacén
cooperativo, baños públicos, para hacer más conveniente y útil el lugar, la
vivienda debía tener saneamiento y desagües, ventilación, luz y confort
doméstico. Alrededor del pueblo industrial debía preservarse un cinturón de
terreno para huertos, juegos, deportes y recreación en general. Una pequeña
porción de huerto debía reservarse para cada vivienda, etc.(6).
Esquema Ciudad Jardín (Fuente: Howard, 1902) |
De esta manera surgieron ciudades comunidades abiertas, más o menos
integradas, como Ciudad Ojeda en 1939 y
otras de menor escala.
Más allá de todos los problemas de salubridad de los campos en sus inicios
y las profundas contradicciones por las que aún son criticados, no se puede
negar que uno de los entornos más destacados que ha producido la
industrialización ha sido el de los campos petroleros, las refinerías,
oleoductos, muelles, talleres, plantas separadoras de gas, residencias y demás
instalaciones de servicios. “En Venezuela, esos paisajes aparecían magnificados
por su localización y extensión. Por ejemplo, había cerca de 2.000 pozos en el
Lago de Maracaibo cuyas torres, geométricamente dispuestas y repetidas, se
extendían más allá del horizonte” (7), generando lo que ha sido considerado Taylor y Lindeman como una de “las
vistas más imponentes del mundo industrial”.
Campamento Tia Juana, Edo, Zulia 1945 (Fuente Sleightholm, S, 1960) |
La ejecución de proyectos como Ciudad Ojeda, dio paso a otras ciudades
abiertas planificadas de menor escala que surgieron como parte del Proyecto
Urbano del Centro de Refinación de Paraguaná, actualmente la segunda refinería
más grande del mundo y está constituido, desde la unificación de sus
actividades en 1997, por tres significativas refinerías: Amuay (1950, Creole),
Cardón (1949, Royal Dutch Shell) y Bajo Grande (1956, Richmond, actual Chrevron)
(8), encontrándose esta última en el Edo. Zulia.
Ciudad Ojeda (Fuente: www.guiaempresarial.org) |
Las ciudades construidas como parte
del complejo de la refinería son Judibana (antiguo Campo Creole), proyectada
por la firma de arquitectura Skidmore,
Owings & Merril y Cardón (antiguo Campo Shell), dichas comunidades
abiertas, asociadas para esa época únicamente con los desarrollos petroleros,
en materia de trama urbana, era un diseño novedoso:
[…] bajas densidades, viviendas aisladas en medio de jardines abiertos,
corredores de servicios al centro de las manzanas a través de los cuales se
reducía de manera importante los costos de infraestructura (los corredores de
servicio constituyen un aspecto clave en los proyectos de integración, por
cuanto suponen mantener la condición de libre acceso a los mismos), amplios
espacios de parques y un trazado orgánico, de vialidades sinuosas, que
contrastan con el urbanismo ortogonal tradicional de país en términos de su
geometría y con los desarrollos informales que les rodean, en términos de su
regularidad (9).
Sin embargo, las diferencias no eran solo hacia el exterior, en el interior
de las ciudades, como ha quedado constatado mundialmente, el diseño responde a
una jerarquía. La urbanización se va volviendo más densa en sentido norte-sur,
ya que en el extremo norte se encuentra la casa del presidente de la refinería,
luego la franja perteneciente a las viviendas del personal extranjero, seguida
por la franja del personal obrero y así sucesivamente según el escalafón e
intercalados entre ellos, se ubican los diferentes usos recreativos y
culturales. Un ejemplo es el caso de la
comunidad Cardón (campo Shell)
Ciudad Cardón Jerarquías. Fuente: PDVSA |
Luego de la nacionalización de la industria petrolera venezolana, en 1976,
el campo Shell pasó a ser campo Maraven, el campo Creole Campo Lagoven, y en
vez de dividirse en personal técnico extranjero y personal nacional obrero, se
dividió en la nómina mayor y nómina menor. Aunado a esto, se llevó a cabo la "integración de los
campos petroleros" que consistió, según el artículo 117 del contrato
colectivo vigente en ese momento, en integrar los poblados petroleros a las
comunidades vecinas para que estas pudiesen tener acceso a los servicios,
equipamientos urbanos y viviendas. Esta transición fue llevada a cabo en
coordinación con las municipalidades respectivas. Con el pasar de los años, la
mayoría de las edificaciones municipales, salvo unos casos excepcionales, se
encuentran en un estado considerable de deterioro.
Lo que para muchos ha representado un peso administrativo, para el país,
son es rico patrimonio, testimonio de la evolución de la Venezuela industrial. Por
lo tanto, es necesario ver el patrimonio más allá de de las edificaciones del
período colonial para comenzar a considerar los paisajes industriales
constitutivos de nuestra realidad. El patrimonio industrial, de ser estudiado,
es probablemente el de mayor potencial en el país por su escala, cantidad,
proximidad, tecnología y carga histórica, por el contrario, de seguir siendo
ignorado, considerado solo desde el punto de vista económico o abordado sin la
rigurosidad que exige el patrimonio industrial, corre el riesgo de desaparecer.
Por lo tanto, podemos considerarlo un patrimonio en peligro.
(4) Tinker Salas, M. 2006. Cultura, Poder y Petróleo. Cuaderno de
Sociología de Venezuela, Vol. 15 Nos. 1 y 2. Venezuela: Espacio Abierto. Pp.
349.
(5) Negrón, M. 2004. “Infraestructura petrolera en Venezuela 1917-1975:
Conquista del Territorio, Poblamiento e Innovación Tecnológica”. Petróleo
Nuestro y Ajeno. Venezuela: Universidad
Central de Venezuela. Pp. 140.
(6) Howard, E. 1902. Garden Cities of Tomorrow. Inglaterra: Swan
Sonneschein.
(7) González, L. y Marín, O. 2003. El transcurrir tras el cercado: ámbito
residencial y vida cotidiana en los campamentos petroleros de venezuela
(1940-1975). Zulia: Redalyc. Pp. 5.
(8) Creole Petroleum Corporation.1960. Tamare y Judibana: Dos pueblos
Nuevos. Caracas: C. P. C.
(9) González, L. y Marín, O. 2003. El transcurrir tras el cercado: ámbito
residencial y vida cotidiana en los campamentos petroleros de venezuela
(1940-1975). Zulia: Redalyc. Pp. 10.
Paisajes del petróleo y
patrimonio industrial venezolano
La industrialización en Venezuela es sinónimo de petróleo. Él es el motor
de nuestra economía desde hace más de 100 años. A diferencia de la mayoría de
los casos y reflexiones hechas a nivel mundial con respecto al tema de
patrimonio industrial, en Venezuela, dicho patrimonio está aún en actividad.
Esta condición supone una ventaja, ya que permite prever una solución, una
posibilidad, antes de cualquier fase de desindustrialización como ha sucedido
en otros países, minimizando así la etapa traumática que históricamente viene
asociada a este fenómeno.
En Venezuela existen más de 30 company
towns ligados aún a la actividad petrolera, los cuales tienen entre
cincuenta y noventa años de antigüedad. Sin contar los de nueva data que aún se
siguen construyendo. Sin embargo, la noción de patrimonio industrial no ha sido
todavía desarrollada en Venezuela. El estudio del patrimonio sigue enfocado en
las construcciones del período colonial o en el patrimonio moderno de estilo
internacional.
Podemos afirmar, luego de tres años trabajando en el patrimonio industrial
petrolero y en la historia de la técnica
del petróleo en Venezuela, que es ella quien le otorga esa visión integral
gracias a su enfoque cultural, fusionando así todos los aspectos que hasta el
momento han sido analizados por separados al abordar el patrimonio industrial
(lo económico, lo social, lo arquitectónico, entre otros).
En ese necesario camino de
sensibilización, sobretodo de la industria petrolera, acerca de lo que también
es nuestro patrimonio, se han dado pequeños avances. Petróleos de Venezuela S.
A. (PDVSA) recuperó y convirtió la casa que ocupaba desde mediados del siglo XX
hasta el paro petrolero en 2003 del jefe de la refinería en un centro cultural
de PDVSA abierto al público y único en la zona. Si bien es un aporte, es mucho
el camino que queda por recorrer, pues aunque el reciclaje de edificios es una
manera de preservar las estructuras que tienen un carácter patrimonial, en este
caso, se hizo caso omiso a su naturaleza industrial borrando así toda huella de
su pasado.
Comunidad Cardón (Fuente: Valery, 1980) |
Esa falta de previsión con respecto al patrimonio industrial no significa
una falta de voluntad de por parte de la industria petrolera. Las actividades
que realizan como las visitas a las instalaciones industriales, las exposiciones
anuales de la historia del petróleo en Venezuela, la recuperación ciertas
edificaciones vinculadas al patrimonio industrial para convertirlas en centros
culturales, entre otros, demuestran una preocupación intuitiva de la empresa por
difundir su patrimonio. Dicha falta de previsión es consecuencia de que la
empresa cuenta con arquitectos, ingenieros, arqueólogos, etc., pero ninguno
formado en el área de patrimonio industrial. Esta omisión también está presente
en las universidades, el instituto de patrimonio cultural, entre otros. Por lo
tanto, hasta el momento, como ha sucedido en otras partes del mundo, la
intervención del patrimonio industrial ha sido exclusivamente desde el punto de
vista arquitectónico.
Gracias a los intercambios académicos y profesionales con otros países, actualmente
Venezuela, y la industria petrolera, cuenta con una persona formada en el campo
de patrimonio industrial, quien con un grupo de profesionales e investigadores
vinculados con este campo, todos con una amplia trayectoria en la conservación
del patrimonio cultural, se encuentran actualmente trabajando en la creación
del TICCIH Venezuela.
Sería interesante, y desde mi punto
de vista es el camino a seguir, replicar y apoyar esa iniciativa para propiciar:
la sensibilización de los empleados hacia el patrimonio industrial, la
interacción empresa-universidad y la inclusión de la comunidad. Actualmente,
PDVSA IyC es la única que ha incluido en el plan de formación de sus empleados,
un curso introductoria sobre la importancia del patrimonio industrial petrolero
venezolano.
Conservar la memoria histórica, a través de su patrimonio, es alimentar la
identidad de un país que no quiere ver anulado su rol dentro del panorama
nacional e internacional. En consecuencia, es necesario, luego de unir
esfuerzos e incluir el patrimonio industrial en los planes de estudio de las
universidades y empresas, tomar como punto de partida el análisis de la
historia de la técnica, seguido de la elaboración del inventario del patrimonio
industrial petrolero a nivel nacional, para finalmente “definir con claridad
los objetivos básicos de la intervención, siendo el más importante el de
integrar, dentro de un estricto respeto a las características de un territorio,
preservación, educación, esparcimiento, entre otros”(10) y así orientar
nuestros esfuerzos en colocar el paisaje no como el consecuencia de la acción
de una cultura, sino como nuestra realidad, identidad y memoria en continua
evolución.
(10) SABATÉ, J. 2004. “De la Preservación del Patrimonio a la Ordenación del
Paisaje”. Urbano. Chile: Universidad del Biobío. Pp. 43.
Bibliografía
Bergeron, L. y Dorel – Ferrer, G. 1996. Le Patrimoine Industriel. Un
nouveau territoire. Paris, France.
Dorel – Ferrer, G. 1992. Les colonies industrials a Catalunya. El cas de la
colonia Sedó. École des Hautes Études en Sciences Sociales. Paris, France.
González, L. y Marín, O. 2003. El transcurrir tras el cercado: ámbito
residencial y vida cotidiana en los campamentos petroleros de venezuela
(1940-1975). Zulia: Redalyc.
Howard, E. 1902. Garden Cities of Tomorrow. Inglaterra: Swan Sonneschein.
Negrón, M. 2004. “Infraestructura petrolera en Venezuela 1917-1975:
Conquista del Territorio, Poblamiento e Innovación Tecnológica”. Petróleo
Nuestro y Ajeno. Venezuela: Universidad
Central de Venezuela.
Sabaté, J. 2004. “De la
Preservación del Patrimonio a la Ordenación del
Paisaje”. Urbano. Chile: Universidad del Biobío.
Sabaté, J. 2005. Identidades, Territorio, Cultura, Patrimonio. España.
Sabaté, J. 2004. El Eje Patrimonial del Llobregat: Colonia, Séquia y Delta.
España: Diputación de Barcelona.
Sullivan. W. 1992. “Situación económica y política durante el período de
Juan Vicente Gómez”. Política y Economía en Venezuela 1810-1991. Caracas:
Fundación Boulton.
Taylor, W. y Lindeman, J. 1955. Venezuela Sows its Petroleum. Estados
Unidos: National Planning Association.
Tinker Salas, M. 2006. “Cultura, Poder y Petróleo”. Cuaderno de
Sociología de Venezuela, Vol. 15 Nos. 1 y 2. Venezuela: Espacio Abierto.
Valery, R. 1980. Las Comunidades Petroleras. Caracas: Cuadernos Lagoven.
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