Descripción
Los hornos
de calcinación de la mina Catalina del Coto Minero Sarachaga de Sopuerta fueron
construidos en 1956 y 1961 estando activos hasta 1972. Para su construcción se
tomó como referencia el horno de la mina San Luis de Bilbao, que fue construido
en 1935 con una estructura troncocónica de ladrillo con chimenea superior y
tolva de descarga inferior. La base cilíndrica de mampostería de piedra tiene
10 m de diámetro y 4 m de altura, y es donde se encontraba la tolva que
permitía descargar el mineral de una manera más eficiente sin tener que
utilizar las seis puertas existentes. El cuerpo de los hornos está ejecutado
con una estructura troncocónica de ladrillo de 11,40 m de altura con un espesor
de 2,25 m en la parte inferior y de 1,15 m en la superior. Además, este volumen
está dividido en 12 niveles en los que todavía se encuentran los anillos
metálicos de refuerzo. En el interior, la cuba cuenta con 4,50 m de diámetro en
la base y 3,30 m en el tragante, y está revestida con una camisa de ladrillo
refractario que aún se conserva. La chimenea, en este caso de ladrillo visto,
también es troncocónica y alcanza los 7,60 m de altura.
Los hornos están catalogados en el Inventario de Bienes del Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco (Fichas 99-99.7), y en la posterior publicación de Patrimonio Industrial en el País Vasco.. Aparece con categoría de Patrimonio Histórico-Artístico y Arquitectónico reflejada en las Normas Subsidiarias de Sopuerta.
Motivos de
inclusión
Los hornos
de calcinación de carbonatos de hierro han formado parte de la minería vizcaína
desde finales del siglo XIX hasta finales del XX, convirtiéndose en una
estructura de obligada construcción en la gran mayoría de las concesiones
mineras de Bizkaia. Esto significa que la construcción de estas estructuras
estuvo estrechamente ligada a la evolución que sufrió la cuenca minera vizcaína
durante las décadas que estuvo activa. Esta evolución histórica y constructiva
puede verse representada a través de los hornos de calcinación que aún se
conservan en la geografía vizcaína, lo que los convierte en un valioso
patrimonio industrial que corre peligro de desaparecer y debería ser
indudablemente preservado.
Los hornos de calcinación de la mina Catalina recogen el resultado de casi un siglo de construcción de los hornos de calcinación en Bizkaia. Por lo tanto, puede afirmarse que estas estructuras mineras representan la última etapa constructiva de los hornos de calcinación vizcaínos, lo que los convierte en parte indiscutible del patrimonio industrial vizcaíno que debe ser indudablemente preservado.
*Fotos de
Maider Beldarrain Calderón
Más
información sobre su inclusión en la Lista Roja
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