Patrimonio Industrial nacional e internacional

PATRIMONIO INDUSTRIAL - INDUSTRIAL HERITAGE - PATRIMOINE INDUSTRIEL

jueves, 28 de junio de 2012

Noticias diarias sobre patrimonio industrial


Almería
El Cable Inglés, en lista de espera para completar su rehabilitación integral.
Los obreros y los andamios de las empresas Jarquil y Tejera desaparecieron del Cargadero del Mineral en marzo, cuando concluyeron los trabajos contemplados en la primera fase del proyecto para la rehabilitación de este Bien de Interés Cultural y su apertura al público con centro social. Desde entonces, el también conocido como Cable Inglés permanece a la espera de la oportuna financiación que permita dar continuidad a estas obras que han de prolongarse, en una segunda fase, por más de 500 metros de viaducto sobre la trama urbana. 

El Cargadero El Alquife (1902-1904), una obra de ingeniería concebida para utilizarla como medio de transporte, almacenaje y embarque del mineral procedente de las minas de hierro por vía marítima, consta de dos partes bien diferenciadas: el sistema de acceso y el muelle embarcadero propiamente dicho. El primero es un viaducto, en el que se alternan tramos de estructura metálica y tramos de fábrica de piedra caliza, y sobre el que discurre la vía férrea, que permitía el transporte del mineral al cargadero desde la estación de ferrocarril. 

Son unos 540 metros aproximadamente de recorrido y centran la segunda fase del proyecto, cuya redacción está concluida, según ha informado el delegado provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, Antonio José Lucas Sánchez, si bien el inicio de los trabajos no tiene fecha, ya que aún no está cerrada la financiación que requiere la recuperación del viaducto. 

El presupuesto de cuatro millones de euros es superior al de la primera fase. Centrada ésta en los 108 metros de muelle del embarcadero, los trabajos efectuados a lo largo de 14 meses necesitaron una inversión de 2,7 millones , cofinanciada al cincuenta por ciento por la Junta y el Gobierno central a cargo del 1% del fondo cultural. Es la fórmula compartida que la Administración andaluza quiere repetir. 

Dispone del compromiso verbal, aunque todavía no hay una partida en las cuentas estatales para abordar esta segunda tanda de obras de rehabilitación. Lucas Sánchez ha concretado que la Junta está pendiente de que el Ministerio de Fomento constituya la Comisión de Cultura, órgano que ha de distribuir ese 1% de los Presupuestos Generales del Estado destinado al Patrimonio Nacional y establecer, entre los proyectos aspirantes, cuáles son los prioritarios. "Ha entrado un nuevo Gobierno, así que estamos a la espera de la Comisión de Cultura y de que se formalicen los compromisos". Uno de ellos, recuerda el responsable andaluz, era la inclusión en el orden del día de la primera, o primeras reuniones de este órgano, del proyecto almeriense. No es el único pendiente de la Comisión de Cultura. También se encuentran en lista de espera la muralla Norte de la Alcazaba y el salón del Castillo de Vélez Blanco.
------------------------------
Armuña de Tajuña (Guadalajara)
Dos detenidos por robar en un molino en Armuña de Tajuña (Guadalajara)
La Guardia Civil de Guadalajara ha detenido a dos hombres con domicilio en la Comunidad de Madrid, tras ser sorprendidos robando maquinaria del interior de un molino ubicado en el municipio de Armuña de Tajuña.

Según ha informado hoy la Guardia Civil en una nota de prensa, la detención de A.R.P., y R.C.H., de 35 y 32 años, respectivamente, y de nacionalidad española, se produjo el pasado miércoles, a raíz de de la alerta que dio un ciudadano sobre la posible comisión de un robo en un antiguo molino dedicado a la producción de harina.

Una patrulla se trasladó hasta el molino y sorprendió en su interior a dos personas que estaban sustrayendo efectos con herramientas de corte, por lo que procedió a su detención como presuntos autores de un delito de robo.

Los agentes recuperaron los efectos estaban sustrayendo, piezas metálicas de maquinaria, e incautaron las herramientas con que estaban cometiendo el robo, un soplete, una bombona de oxigeno, otra de butano, mazas de grandes dimensiones, cinceles, sierras y diversos maletines de herramientas.
-----------------------------
Béjar
El Ayuntamiento apremia a los bancos para poner fin al abandono de Hispano Textil.
El Ayuntamiento de Béjar ha instado a los bancos que pongan fin al estado de abandono de la antigua fábrica Hispano Textil cerrada hace 19 años. Un incendio declarado en la noche del pasado jueves volvió a reabrir la polémica sobre la escasa seguridad existente en el solar de esa antigua instalación textil, ubicada junto al río Cuerpo de Hombre y con acceso desde la antigua carretera de Salamanca.

La densa columna de humo procedente del interior del solar despertó la alarma entre los ciudadanos y, de forma inmediata, se acercaron una patrulla de la Policía Nacional y una dotación del parque comarcal de Bomberos de Béjar. Este nuevo suceso ha reavivado la polémica sobre el mal estado de las instalaciones y ha motivado que el Ayuntamiento insista para que los bancos pongan solución a esos terrenos.

Las condiciones son que las cinco entidades bancarias, como propietarias de los terrenos, se ocupen de la limpieza y cercado de los terrenos o bien, que entreguen la superficie de la fábrica textil al Ayuntamiento para que pueda acometer las obras necesarias y convertir la zona en un espacio multiusos. En este sentido, el alcalde de Béjar, Alejo Riñones, mostró este jueves su preocupación sobre el estado de Hispano Textil y afirmó que “algún día va a pasar una desgracia” y afirmó que el Ayuntamiento quiere que “los bancos o el juzgado tomen una decisión rápida”.
------------------------------------
Ea (Vizcaya)
Voluntarios de Ea recuperan un horno de cal para difundir su patrimonio.
Los vecinos de la pequeña localidad vizcaína de Ea se resisten a que la crisis frene el desarrollo de sus planes. Primero se remangaron para echar una mano en las labores de mantenimiento, pintura y jardinería del municipio y ahora se han empeñado en poner en valor uno de la veintena de caleros que atesora su entorno rural. Ayer organizaron una jornada de voluntariado con el fin de recuperar el antiguo horno de cal del caserío Etxebarri, situado en el barrio de Bedarona.

«Al igual que el resto de los que se localizan en la zona lleva muchos años en desuso, pero ahora queremos ponerlo en funcionamiento para mostrar a la gente cómo se producía la cal en este tipo de construcciones», antaño imprescindibles en el mundo rural. La cal se utilizaba para blanquear las fachadas de los caseríos y como sustituto del cemento en la construcción. También para preparar la tierra para el cultivo, conservar alimentos durante largo tiempo e incluso con fines terapéuticos.

Las tareas para restaurar el calero han comenzado con la limpieza de la maleza que, con el paso del tiempo, se había apoderado de las paredes y había ocultado su entrada. Les llevó alrededor de tres horas retirar toda la vegetación, tanto del exterior como del interior de la campana. La siguiente fase de la iniciativa, impulsada por la comisión local de Cultura, consistirá en poner en funcionamiento el horno para producir la cal. Será la primera vez que se lleve a cabo esta experiencia en las comarcas de Busturialdea y Lea Artibai. «Tenemos previsto hacerlo el sábado anterior a la festividad de San Ignacio, que son las fiestas del pueblo. Nuestra intención es repetir la muestra una vez al año como reclamo turístico y para dar a conocer nuestro patrimonio cultural», dicen los voluntarios. También prevén instalar un panel informativo que explicará a los visitantes cómo se realizaba el proceso de descomposición térmica de la piedra caliza.

De estilo francés
El calero del caserío 'Etxebarri' de Bedarona es una construcción del siglo XIX, de estilo francés. El procedimiento para quemar la cal, por tanto, se realiza a la manera industrial. Cuenta con una chimenea de diámetro no demasiado ancho que se alimenta del material -piedra caliza y leña de encina o borto- que se arroja a través de la boca superior del horno para disponerlo por capas en su interior.

«Para construir este calero, la intervención del hombre ha sido mínima, ya que se ha aprovechado el escarpe del terreno», apuntan los promotores de la iniciativa. El mes que viene, los voluntarios de Ea contarán con la colaboración de la agrupación Ipizki de Zeanuri, que desde hace años produce cal en el horno situado junto a la ermita de San Justo de su localidad.
------------------------------------
Langreo
Langreo destina 60.000 euros a la estación del tren del pozo San Luis.
La junta de gobierno del Ayuntamiento de Langreo aprobó ayer destinar 60.000 euros para iniciar las obras de la estación del tren turístico de Samuño en el pozo San Luis, en el valle de La Nueva. El Ayuntamiento adelanta esta partida, a la espera de que lleguen los fondos mineros pendientes.

Esta aportación servirá para agilizar la apertura del Ecomuseo del Valle de Samuño, en el que uno de sus principales atractivos es la recuperación de un ramal de ferrocarril de Carbones de La Nueva con fines turísticos, de más de dos kilómetros de distancia y dividido en dos tramos.

El recorrido finaliza, precisamente, en lo que el Ayuntamiento denomina 'zona de embarque', en la primera planta del pozo San Luis. Desde este punto, los visitantes podrán ascender a la superficie en la jaula de la mina, donde podrán visitar las instalaciones.

Imagen de la noticia
El tren minero comenzará su trayecto en El Cadavíu y realizará un recorrido aproximado de 2,5 kilómetros. A lo largo de 900 metros, discurrirá por un antiguo túnel. Durante aproximadamente 20 minutos, los usuarios podrán contemplar el túnel y bocamina de La Trechora y el pozo Samuño. En el segundo tramo, circulará por el interior del socavón Emilia y el recorrido finalizará en 'la zona de embarque' del pozo San Luis, a 32 metros de profundidad, desde donde accederán en la jaula del castillete al complejo museístico.

El Ayuntamiento de Langreo recibió el pasado mes de abril los diez vagones y las dos locomotoras del tren turístico del Ecomuseo del Samuño, procedentes de la República Checa, donde fueron fabricados.

Hasta la fecha, se han realizado viajes de prueba en este convoy, con resultado satisfactorio, por lo que, una vez adecuada la 'zona de desembarco' y realizar algunas mejoras en la zona exterior de esta explotación minera, es posible que se apruebe la puesta en marcha de este proyecto turístico.

Gestión aún sin cerrar
Cada vagón tiene tres filas de bancos enfrentados y amplias ventanas para que los visitantes disfruten del recorrido. De los diez vagones, ocho transportarán a doce turistas, que ocuparán asientos de madera, y dos han sido adaptados para personas con discapacidad, con un total de diez plazas. El convoy turístico circulará a veinte kilómetros por hora en el exterior, aunque por la galería interior su velocidad será de seis kilómetros por hora.

El punto más débil sigue siendo la gestión del tren minero. Hasta el momento se ha creado un patronato para llevar su explotación. A él pertenecen tanto el Ayuntamiento como Feve y existen conversaciones para implicar a la empresa hullera Hunosa. El Ecomuseo del Valle del Samuño cuenta con un presupuesto final de 6,5 millones de euros procedentes de los fondos del plan del carbón.
-------------------------------------
Palafrugell
Se inaugura el nuevo Museo del Corcho de Palafrugell en la antigua fábrica de Can Mario.
El próximo viernes, 29 de junio, a las 8 de la tarde, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Muy Honorable Sr.. Artur Mas, inaugurará la nueva sede del Museo del Corcho de Palafrugell (Baix Empordà) ubicado en las remodeladas naves de la antigua fábrica corchera modernista de Can Mario. Los módulos que se pondrán en funcionamiento son la sala de exposiciones temporales de 240 metros cuadrados, (con una exposición sobre la fábrica en la década de 1920, llamada "Si las paredes hablaran"), el auditorio-sala de audiovisuales ( con la proyección de una producción sobre la historia de la fábrica hecha por Jordi Rocas), el espacio de talleres, la planta baja con 3 exposiciones temporales y el módulo de acogida con la tienda especializada en productos de corcho.

Imagen de la noticia

El origen del Museo del Corcho de Palafrugell se vinculará a la figura del arqueólogo gerundense Miquel Oliva y de los investigadores locales Joan Badia y Albert Recasens los cuales fundaron el Museo de Palafrugell en 1972. Las primeras colecciones, expuestas en la Casa de la Cultura Josep Pla de Palafrugell, se crearon a partir de las prospecciones arqueológicas realizadas en la zona y de una primera colección de material etnográfico. A partir de 1979, las instalaciones se trasladan al centro cultural, llamado Can Genís, donde el museo inicia la actividad creando los primeros inventarios, las exposiciones temporales y siguiendo con diferentes excavaciones arqueológicas en el territorio. A inicios de los años ochenta la institución se divide y se crea el actual archivo de Palafrugell. Comienza así un momento de cambio para dotar al museo de una especialización monográfica que daría respuesta al interés que existía desde hacía tiempo de vincular el museo con la industria corcho taponera. Este proceso formó parte de una reordenación museística del Baix Empordà dotando de carácter monográfico diferentes museos de la comarca. En 1989 se activó la relación con el Museo Nacional de la Ciencia y Técnica de Cataluña que culminó con la declaración del Museo del Corcho como sección de la anterior. Finalmente, en 1991, se inauguran los primeros espacios de exposición permanente en el edificio de la calle Tarongeta. Desde entonces se han atendido a 234.000 visitantes y 166.000 usuarios en actividades diversas, se han realizado 123 exposiciones temporales, 171 actividades y 2.873 visitas guiadas. El Museo cuenta con un fondo de 6.200 objetos y un importante centro de documentación corchero (biblioteca / hemeroteca de 6.600 volúmenes, archivo documental y archivo de imágenes ...).


El nuevo Museo del Corcho será un argumento sólido, por auténtico, y de calidad de diferenciación de la oferta de Palafrugell y, por tanto, de atracción del turismo cultural, a la vez que potenciará la exposición permanente, haciéndola más eficiente desde un punto de vista comunicativo, sin escatimar los escenarios realistas, la interactividad, la virtualidad, la espectacularidad, el carácter demostrativo y la comunicación oral directa.
-----------------------------------
Sant Pol de Mar
Declaración de Bien Cultural de Interés Local la caseta de la maquinilla de varar barcas de la Playa de Sant Pol.
El pasado 28 de mayo, en sesión ordinaria del Pleno del Ayuntamiento de Sant Pol de Mar, se acordó la declaración de bien cultural de interés local la caseta de la maquinilla situada en la playa de las barcas.

La caseta de la maquinilla de Sant Pol de Mar se puso en funcionamiento el 14 de abril de 1932. Hasta en 1980 prestó servicio a los pescadores profesionales, ya partir de esta fecha hasta 2007, fue utilizado por los pescadores amateurs y los propietarios de chalupas patrimoniales.

Imagen de la noticia

Su interés desde el punto de vista patrimonial es representar la mecanización del trabajo tradicional del palista, que con animales (toros en este caso) se ocupaba del trabajo de sacar las barcas a la playa. La llegada de esta máquina representa la adaptación del oficio a este proceso de tecnificación, dado que el mismo palero adquirió la maquinaria y modernizar el servicio.

Este conjunto de maquinaria y caseta fue objeto de una restauración que se enmarca dentro del proyecto integral de recuperación de la playa de Pescadores de Sant Pol, que se está desarrollando en virtud de un convenio de colaboración suscrito entre el Ayuntamiento de Sant Pol de Mar, el Consorcio de las Atarazanas Reales y Museo Marítimo de Barcelona y la asociación "A todo trapo", con el apoyo de la Diputación de Barcelona. La inauguración del conjunto restaurado tuvo lugar el 19 de agosto de 2007. el caso concreto de la "maquinilla" de varar barcas va registrada en el Catálogo de Patrimonio Cultural Catalán como bien mueble de interés local.

miércoles, 27 de junio de 2012

Noticias sobre el incendio que ha destruido el Mercado de Abastos de Reinosa. Cantabria

Me he enterado por el Blog Patrimonio Industrial de Cantabria de esta lamentable noticia… Os pongo una recopilación de las noticias aparecidas sobre el incendio.
Al final de la entrada os pongo imágenes de uno de los periódicos, son realmente desoladoras...

Sofocado el incendio de la plaza de abastos de Reinosa, que ha destruido el edificio.
El incendio que se ha registrado a primera hora de esta tarde en la plaza de abastos de Reinosa está ya extinguido, aunque los bomberos están "refrescando" el lugar para evitar que el fuegos e reavive. El edificio ha quedado "totalmente destruido" y sólo quedan en pie algunas paredes y arcos cuyo estado se valorará por si es necesario su derribo.

En declaraciones a Europa Press, el alcalde, José Miguel Barrio, ha afirmado que en la ciudad están "desolados" por la destrucción de este "emblemático" edificio, situado en el centro de la ciudad, detrás del Ayuntamiento, que se construyó en 1882 y fue rehabilitado en 1986.
   En la actualidad no tenía actividad comercial, y sólo albergaba una lavandería industrial de la asociación Amica, y era utilizado por alguna asociación juvenil.

   El equipo de gobierno municipal quería redactar un proyecto para convertirlo en centro de dinamización de la vida social para todos los ciudadanos, ha explicado el alcalde, pero ahora se planteará su reconstrucción.

   Al ser un edificio de estructura de madera, el incendio se ha propagado con mucha rapidez, a lo que también han contribuido las sábanas que había dentro de la lavandería. Todo ello explica que "haya ardido como una tea", ha recalcado el regidor. Ahora se va a comprobar si las partes que todavía quedan en pie están suficientemente "consolidados" y no suponen riesgo.

En el momento del incendio, el edificio, situado en la calle Menéndez Pelayo, se encontraba vacío y "por suerte" no se han producido víctimas. Tampoco ha afectado a viviendas ni inmuebles colindantes, aunque se han roto algunos cristales debido al calor.
   Por ahora se desconocen las causas del fuego, y si ha sido fortuito o intencionado, cuestiones que investigará la Policía Judicial. También se está intentando encontrar el foco del incendio. Para llevar a cabo estos trabajos van a desplazarse a Reinosa especialistas procedentes de León.

   El equipo de gobierno se reunirá mañana lunes para evaluar daños y decidir las medidas a tomar.
   El incendio se ha registrado sobre las dos de la tarde y al lugar se han desplazado efectivos del parque de Bomberos de Reinosa, Los Corrales de Buelna y Suances, así como Policía Local, 112, Guardia Civil y 061, entre otros. El alcalde ha agradecido el trabajo realizado por todos ellos
   El fuego ha quedado sofocado sobre las cinco y media de la tarde aproximadamente.

Un incendio destruye el mercado de abastos de Reinosa.
130 años de historia quedaron reducidos a escombros en apenas minutos. El fuego se declaró en la tarde de ayer en el mercado de abastos de Reinosa, y en pocos minutos devoraban todo el edificio. La estructura de madera hizo que el ardiera muy rápido. Los vecinos tuvieron que ser evacuados, y los bomberos tardaron más de 3 horas en sofocar las llamas. Esta mañana, aún seguían refrescando la zona. La policía judicial investiga las causas del incendio y, de momento, no se descarta ninguna hipótesis
*Esta noticia contiene un video

El incendio del Mercado de Abastos destruyó la lavandería Alba 4 de Amica y sus 7 puestos de trabajo.

Imagen de la noticia

Galería de fotos: Un incendio destruye la plaza de Abastos de Reinosa.




Imágenes de la noticia

IX Curso sobre Patrimonio Geológico: Cultura, Turismo y Medio Ambiente

Fechas: Del 2 al 5 de julio de 2012.

Lugar: Biblioteca del Museo Arqueológico Municipal. Plaza del Castillo nº 1. Cehegín. Murcia

Objetivos del curso
El curso tratará sobre la conservación, gestión y utilización del Patrimonio Geológico, entendiendo éste como el conjunto de recursos naturales geológicos de valor científico, cultural y/o educativo, ya sean formaciones y estructuras geológicas, formas del terreno, minerales, rocas, meteoritos, fósiles, suelos y otras manifestaciones geológicas que permiten conocer, estudiar e interpretar: a) el origen y evolución de la Tierra, b) los procesos que la han modelado, c) los climas y paisajes del pasado y presente y d) el origen y evolución de la vida.

Se pretende que este curso sea un aliciente para que el Patrimonio Geológico se considere adecuadamente en los foros, políticas, actividades económicas, educativas y de protección y difusión del Medio Ambiente. Por tanto, el objetivo principal será dar a conocer y concienciar a la sociedad en general sobre nuestra rica Geodiversidad, para que pueda ser susceptible de ser utilizada con fines científicos, educativos y turísticos.

Mas información y matrícula http://www.um.es

Libro “Sierra Almagrera y Herrerías. Un siglo de historia minera (Cuevas del Almanzora, 1838-1936).

Autor: Enrique Fernández Bolea

En aquellos barrancos hoy vacíos y quietos, si aguzamos el oído de nuestra imaginación, escucharemos voces del pasado. A mí me ha ocurrido, y siempre lo he atribuido a ese duende que, agazapado entre malezas y ruinas, ejerce su hado sobre los que nos adentramos por aquella accidentada y enigmática geografía. Es el pulso de la historia el que late por doquier, el que nos penetra y nos empuja una y otra vez a visitarla y vivirla. Desde la primera vez, cuando aún era un jovenzuelo lleno de inquietud y curiosidad, la sierra me cautivó, me intrigó; y sus ruinosos castilletes, sus erguidas y fantasmales chimeneas, sus abismales pozos comenzaron a ilustrar un relato que pertenecía al acervo cultural de Cuevas y se venía trasmitiendo, en forma de epopeya oral, de generación en generación. Cuántas veces había oído repetir en el seno familiar aquel latiguillo con el que se iniciaban algunas narraciones de la historia popular: «En el tiempo de las minas...». Una época de esplendor social y económico, de inflexión histórica que modificó las actividades y hábitos seculares de una pequeña población en medio de ninguna parte, reposaba, vivaz y diáfana, en la memoria colectiva de mis mayores que, ahora, me la relataban envuelta en ese halo mítico y legendario que suele enmarcar los episodios infrecuentes y extraordinarios.


Pero este sustento oral apenas saciaba mi voraz curiosidad, por ello recuerdo como maná caído del cielo unas fotocopias que gentilmente me preparó Anita Alarcón –por entonces, en 1981, responsable de la biblioteca municipal– sobre «Cuevas» y «Almagrera», dos voces que se incluían en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España, de Pascual Madoz. Fue precisamente en esta monumental enciclopedia donde los relatos orales de mis parientes comenzaron a poblarse de nombres propios, de protagonistas de unos orígenes confusos, de sugerentes nombres de minas y fundiciones que hoy me son tan familiares que, a veces, me imagino junto al tío Perdigón y su cuadrilla en el Jaroso a punto de dar con el ansiado filón, o atravesando el patio de minerales de La Carmelita en medio de los perniciosos vapores metalíferos que exhalaban sus hornos. Es la magia de la Historia para quien, como yo, la disfruta y la estima sin cortapisas.

Llegó el estío de 1984 y volví al terruño tras mi primer curso de Filología en la Universidad de Granada. Poco antes de finalizarlo, había llegado hasta mis manos una monografía titulada La minería en el Levante almeriense, 1838-1930. Especulación, industrialización y colonización económica, publicada en 1983 por un tal Andrés Sánchez Picón, del que después supe que era profesor de Historia en la vecina localidad de Vera. Tras una ojeada somera, tuve el suficiente temple para posponer su lectura hasta la llegada de las cercanas vacaciones, aunque –lo confieso– estuve tentado de adentrarme en aquel relato en numerosas ocasiones durante los exámenes finales. Cuando llegó el momento, me entregué con avidez a aquel ejercicio de descubrimiento en el que los acontecimientos y sus protagonistas adquirían, por primera vez, orden en un universo histórico que hasta ese momento se había caracterizado por el dato aislado, inconexo, a veces, y equivocado, en otras. El profesor Sánchez Picón arrojaba luz sobre el desconcierto y nutría mis ambiciones intelectuales sobre aquella sierra de los prodigios que fue Almagrera en el siglo XIX.

Desde entonces he devorado con entusiasmo su amplísima bibliografía, sobre todo su monumental La integración de la economía almeriense en el mercado mundial (1778-1936). Cambios económicos y negocios de exportación, publicado en 1992 como resultado de un titánico y excepcional trabajo de investigación para su tesis doctoral, el cual, a pesar de este arrope académico, cuenta con esa virtud divulgativa, tan poco frecuente, de quien utiliza el lenguaje con ritmo, claridad y amenidad. Otras perspectivas en el estudio de este apasionante argumento como las alumbradas por Miguel Ángel Pérez de Perceval a través de La minería almeriense contemporánea (1800-1930), de 1989; o la visión más costumbrista y etnográfica de Antonio Molina Sánchez en Cuevas: la tierra de la plata, publicado en 1991, han contribuido decisivamente al estudio que ahora, querido lector, tienes en tus manos, convirtiéndose en privilegiados yacimientos de saber sobre Almagrera y Herrerías a los que he recurrido con asiduidad y, por qué no decirlo, me han servido de orientación.

 Con aquellos antecedentes y estas lecturas fui forjando, hace ya unos cuantos años, la idea de acometer un recorrido por la historia de los cotos mineros cuevanos, añadiendo a lo desvelado por mis predecesores otros asuntos, datos y consideraciones que habían permanecido al margen del proceso investigador. Me sumergí en la prensa nacional que convivió con el descubrimiento de la plata y se hizo eco de aquellos primeros tiempos de desmesura y especulación, y lo hice de un modo exhaustivo. Afronté la consulta sistemática de publicaciones periódicas especializadas en minería, como Anales de Minas o Revista Minera, que me aportaron un caudal casi inagotable de novedosas y trascendentes informaciones. Me adentré, con detenimiento y meticulosidad, en los inabordables contenidos de la prensa local cuevana, especialmente El Minero de Almagrera. Y en esta labor paciente y, a veces, poco gratificante de consulta y revisión he contado con la ayuda, inestimable y siempre eficiente, de mi amigo y profesor Carlos Herguido, un profundo conocedor de la geografía y el pasado de Almagrera y Herrerías que en todo momento me brindó su colaboración. De su estudio Apuntes y documentos sobre Enrique y Luis Siret. Ingenieros y arqueólogos, publicado en 1994, es también deudor éste que estás a punto de descubrir.

Fuentes archivísticas se me han desvelado como inagotables suministradoras de documentación ignota y relevante sobre nuestra sierra y los procesos humanos que en ella tuvieron lugar. Me refiero al Archivo Municipal de Vera, cuyos expedientes judiciales atesoran todas esas miserias humanas surgidas de la codicia y el enfrentamiento de los primeros tiempos de colonización y explotación, alumbrando otros aspectos mucho más útiles sobre los orígenes de la actividad minera y su posterior desarrollo. A su responsable, Manuel Caparrós Perales, agradezco su amabilidad, su competencia y su guía por un mar de legajos aún no catalogados. Del Archivo Municipal de Cuevas del Almanzora han surgido datos muy novedosos para nuestros intereses, tanto que, entre otras cosas, documentan una actividad minera en la zona tres décadas antes del famoso hallazgo de 1838. Para Antonia Salcedo, su eficaz responsable, sólo se me ocurren palabras de agradecimiento por haber sabido allanar el camino en mi labor de indagación.

Y me he zambullido con deleite e infinita curiosidad en la bibliografía de época; en los abundantes informes y memorias que redactaron, casi con carácter sumarial, los ingenieros que visitaban o dirigían las explotaciones. Las observaciones y conclusiones extraídas por Joaquín Ezquerra del Bayo, Lucas de Aldana, José de Monasterio, Ramón Pellico, Antonio de Falces, Paul Colson, Rafael Souviron o Juan Pié y Allué, entre otros; así como las apreciaciones de los extranjeros Pernollet, Saglio o Delamarre me han aportado testimonios de primerísima mano, indispensables para pincelar este fresco sobre un proceso histórico preñado de dinamismo, de cambios constantes, de vida... Tampoco he querido dejar de lado todo ese compendio documental aún conservado que generó la propia actividad minera: protocolos notariales de constitución, libros de actas de las sociedades, estatutos, reglamentos, libros de matrícula, tablas de producción, correspondencia y una larga lista de referencias originales que sustentan esta investigación. A pesar de lo mucho que por desgracia se ha destruido, los últimos tiempos han mutado la tendencia y alguna documentación esencial para la historia de la minería local y provincial ha comenzado a salvarse de la destrucción y del olvido. Una buena nueva relativamente reciente fue la donación al Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora del legado documental de la familia Soler Bernabé; de su riquísima y variada composición he tenido el privilegio de servirme durante la elaboración de esta monografía. No debería el consistorio cuevano abandonar aquella idea que, con motivo de esta donación, barajó hace unos tres años sobre la creación de un centro expositivo –museo o centro de interpretación– que tuviese en la minería de Almagrera y Herrerías su argumento primordial: los hechos acontecidos y su peso sobre la trayectoria histórica de nuestra provincia lo merecen.

Pese al dominio avasallador del texto escrito en una obra de estas características, no he querido descuidar en ningún momento la ilustración del mismo, de ahí que haya buscado elementos gráficos que respondan a una doble finalidad: oportuno apoyo visual y equilibrio en el diseño. Para alcanzar este último objetivo, he seleccionado un conjunto de grabados de época sobre actividades mineras o metalúrgicas que acompasan la apertura de los distintos capítulos y apéndices: los dos tomos de Elementos prácticos de explotación (1843), de C. L. Brard; Un voyage aux mines de Cornouailles (1862), de M. L. Simonin; y la Enciclopedia de Historia Natural, de C. S. Gras y Compañía Editores han sido las fuentes. Estas dos últimas referencias pertenecen a la portentosa colección particular del cartagenero Manuel L. Morales García, de cuya generosidad también me he aprovechado para traer hasta mi obra los dos maravillosos planos de Almagrera (Madariaga, 1842; y Heredia, 1842) y otra joya que representa el socavón de desagüe proyectado por Ezquerra en 1843. Otras valiosas fotografías y los dos documentos reproducidos en el «Apéndice IV» completan su inestimable aportación, por lo que le reiteró aquí mi agradecimiento.

Del Fondo Cultural Espín, de Lorca, y de la Hemeroteca Sofía Moreno, de Almería, proceden las magníficas fotografías panorámicas capturadas por el prestigioso fotógrafo lorquino José Rodrigo hacia 1875 y que ahora otorgan indudable categoría a este estudio. Aún recuerdo aquellas jornadas invernales de 2007 que pasamos, en el Fondo Espín, Juan Grima, Emilio Aramburu y yo escaneando a alta resolución el tesoro gráfico del lorquino. O el más reciente viaje a Almería con Carlos Herguido, el fotógrafo José Guerrero y el profesor Pedro Perales para copiar otras imágenes del mismo fotógrafo que allí se custodian; a este último quiero expresarle lo mucho que le agradezco el dilatado tiempo dedicado con esmero a la corrección de este texto. Son muchas más las aportaciones gráficas y documentales que escrupulosamente se reconocen al pie de cada ilustración; no obstante, me gustaría destacar aquí la amable y constante disposición de mi amigo Emilio García Campra, quien me iluminó algún que otro dato esencial en los precedentes de la minería surgida a partir de 1838; o el interés demostrado por el joven Juan Morillas, de Herrerías, en el progreso de este estudio. Tampoco quisiera olvidar la actitud generosa del ingeniero de minas Joaquín Burkhalter, quien puso a mi disposición, con inusual desprendimiento, su estudio inédito sobre la minería en la comarca del Levante almeriense.

El impulso y apoyo recibidos por parte del editor Juan Grima para que este proyecto se materialice no podría tener más respuesta que mi más sincera gratitud, máxime en unos tiempos tan complicados para sacar adelante empresas de esta naturaleza. En Matías Gómez Cervellera, presidente de la SAT de Los Guiraos, encontré, otra vez y ya van muchas, un interés y un sostén económico que han contribuido a que esta historia llegue hasta vosotros; gracias de nuevo. Baltasar Viudez, de Cuevas Bio, me demostró su afinidad con este proyecto, haciéndola patente a través de una aportación económica que agradezco.

Y me resta expresar al profesor Sánchez Picón, que tanto me ha enseñado a través de sus estudios y de nuestras conversaciones, la satisfacción que me produce contar con sus acertadas y emotivas palabras al comienzo de esta monografía: resultan un lujoso pórtico que indudablemente concede crédito y prestigio a esta investigación.

Me viene de nuevo a la memoria, en el cierre de este compendio de recuerdos, agradecimientos e intenciones, mis incursiones por aquellos apartados barrancos de la Almagrera mágica, siempre acompañado de buenos y entrañables amigos: José Guerrero, con su cámara en ristre; Miguel Ángel de Haro y Andrés Martínez, entre bromas y chascarrillos; Federico Gómez y Pedro Perales, entre debates, empecinamientos y risas; José Rodríguez Murcia y Juan «el Roquetas», entre comentarios, preguntas y más risas. Todos inquietos, con los oídos bien abiertos, la imaginación en el pasado, compartiendo diversión, pero también el murmullo de la historia que brota de cada piedra, de cada rincón, de cada camino... Ahí reside la magia, el duende de esta sierra de los prodigios que he pretendido trasladar, con pasión, hasta estas páginas. Si lo he conseguido o no, el tiempo lo dirá.

En aquellos barrancos hoy vacíos y quietos, si aguzamos el oído de nuestra imaginación, escucharemos voces del pasado. A mí me ha ocurrido, y siempre lo he atribuido a ese duende que, agazapado entre malezas y ruinas, ejerce su hado sobre los que nos adentramos por aquella accidentada y enigmática geografía. Es el pulso de la historia el que late por doquier, el que nos penetra y nos empuja una y otra vez a visitarla y vivirla. Desde la primera vez, cuando aún era un jovenzuelo lleno de inquietud y curiosidad, la sierra me cautivó, me intrigó; y sus ruinosos castilletes, sus erguidas y fantasmales chimeneas, sus abismales pozos comenzaron a ilustrar un relato que pertenecía al acervo cultural de Cuevas y se venía trasmitiendo, en forma de epopeya oral, de generación en generación. Cuántas veces había oído repetir en el seno familiar aquel latiguillo con el que se iniciaban algunas narraciones de la historia popular: «En el tiempo de las minas...». Una época de esplendor social y económico, de inflexión histórica que modificó las actividades y hábitos seculares de una pequeña población en medio de ninguna parte, reposaba, vivaz y diáfana, en la memoria colectiva de mis mayores que, ahora, me la relataban envuelta en ese halo mítico y legendario que suele enmarcar los episodios infrecuentes y extraordinarios.

 Pero este sustento oral apenas saciaba mi voraz curiosidad, por ello recuerdo como maná caído del cielo unas fotocopias que gentilmente me preparó Anita Alarcón –por entonces, en 1981, responsable de la biblioteca municipal– sobre «Cuevas» y «Almagrera», dos voces que se incluían en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España, de Pascual Madoz. Fue precisamente en esta monumental enciclopedia donde los relatos orales de mis parientes comenzaron a poblarse de nombres propios, de protagonistas de unos orígenes confusos, de sugerentes nombres de minas y fundiciones que hoy me son tan familiares que, a veces, me imagino junto al tío Perdigón y su cuadrilla en el Jaroso a punto de dar con el ansiado filón, o atravesando el patio de minerales de La Carmelita en medio de los perniciosos vapores metalíferos que exhalaban sus hornos. Es la magia de la Historia para quien, como yo, la disfruta y la estima sin cortapisas.

 Llegó el estío de 1984 y volví al terruño tras mi primer curso de Filología en la Universidad de Granada. Poco antes de finalizarlo, había llegado hasta mis manos una monografía titulada La minería en el Levante almeriense, 1838-1930. Especulación, industrialización y colonización económica, publicada en 1983 por un tal Andrés Sánchez Picón, del que después supe que era profesor de Historia en la vecina localidad de Vera. Tras una ojeada somera, tuve el suficiente temple para posponer su lectura hasta la llegada de las cercanas vacaciones, aunque –lo confieso– estuve tentado de adentrarme en aquel relato en numerosas ocasiones durante los exámenes finales. Cuando llegó el momento, me entregué con avidez a aquel ejercicio de descubrimiento en el que los acontecimientos y sus protagonistas adquirían, por primera vez, orden en un universo histórico que hasta ese momento se había caracterizado por el dato aislado, inconexo, a veces, y equivocado, en otras. El profesor Sánchez Picón arrojaba luz sobre el desconcierto y nutría mis ambiciones intelectuales sobre aquella sierra de los prodigios que fue Almagrera en el siglo XIX.

 Desde entonces he devorado con entusiasmo su amplísima bibliografía, sobre todo su monumental La integración de la economía almeriense en el mercado mundial (1778-1936). Cambios económicos y negocios de exportación, publicado en 1992 como resultado de un titánico y excepcional trabajo de investigación para su tesis doctoral, el cual, a pesar de este arrope académico, cuenta con esa virtud divulgativa, tan poco frecuente, de quien utiliza el lenguaje con ritmo, claridad y amenidad. Otras perspectivas en el estudio de este apasionante argumento como las alumbradas por Miguel Ángel Pérez de Perceval a través de La minería almeriense contemporánea (1800-1930), de 1989; o la visión más costumbrista y etnográfica de Antonio Molina Sánchez en Cuevas: la tierra de la plata, publicado en 1991, han contribuido decisivamente al estudio que ahora, querido lector, tienes en tus manos, conviertiéndose en privilegiados yacimientos de saber sobre Almagrera y Herrerías a los que he recurrido con asiduidad y, por qué no decirlo, me han servido de orientación.

 Con aquellos antecedentes y estas lecturas fui forjando, hace ya unos cuantos años, la idea de acometer un recorrido por la historia de los cotos mineros cuevanos, añadiendo a lo desvelado por mis predecesores otros asuntos, datos y consideraciones que habían permanecido al margen del proceso investigador. Me sumergí en la prensa nacional que convivió con el descubrimiento de la plata y se hizo eco de aquellos primeros tiempos de desmesura y especulación, y lo hice de un modo exhaustivo. Afronté la consulta sistemática de publicaciones periódicas especializadas en minería, como Anales de Minas o Revista Minera, que me aportaron un caudal casi inagotable de novedosas y trascendentes informaciones. Me adentré, con detenimiento y meticulosidad, en los inabordables contenidos de la prensa local cuevana, especialmente El Minero de Almagrera. Y en esta labor paciente y, a veces, poco gratificante de consulta y revisión he contado con la ayuda, inestimable y siempre eficiente, de mi amigo y profesor Carlos Herguido, un profundo conocedor de la geografía y el pasado de Almagrera y Herrerías que en todo momento me brindó su colaboración. De su estudio Apuntes y documentos sobre Enrique y Luis Siret. Ingenieros y arqueólogos, publicado en 1994, es también deudor éste que estás a punto de descubrir.

Fuentes archivísticas se me han desvelado como inagotables suministradoras de documentación ignota y relevante sobre nuestra sierra y los procesos humanos que en ella tuvieron lugar. Me refiero al Archivo Municipal de Vera, cuyos expedientes judiciales atesoran todas esas miserias humanas surgidas de la codicia y el enfrentamiento de los primeros tiempos de colonización y explotación, alumbrando otros aspectos mucho más útiles sobre los orígenes de la actividad minera y su posterior desarrollo. A su responsable, Manuel Caparrós Perales, agradezco su amabilidad, su competencia y su guía por un mar de legajos aún no catalogados. Del Archivo Municipal de Cuevas del Almanzora han surgido datos muy novedosos para nuestros intereses, tanto que, entre otras cosas, documentan una actividad minera en la zona tres décadas antes del famoso hallazgo de 1838. Para Antonia Salcedo, su eficaz responsable, sólo se me ocurren palabras de agradecimiento por haber sabido allanar el camino en mi labor de indagación.

 Y me he zambullido con deleite e infinita curiosidad en la bibliografía de época; en los abundantes informes y memorias que redactaron, casi con carácter sumarial, los ingenieros que visitaban o dirigían las explotaciones. Las observaciones y conclusiones extraídas por Joaquín Ezquerra del Bayo, Lucas de Aldana, José de Monasterio, Ramón Pellico, Antonio de Falces, Paul Colson, Rafael Souviron o Juan Pié y Allué, entre otros; así como las apreciaciones de los extranjeros Pernollet, Saglio o Delamarre me han aportado testimonios de primerísima mano, indispensables para pincelar este fresco sobre un proceso histórico preñado de dinamismo, de cambios constantes, de vida... Tampoco he querido dejar de lado todo ese compendio documental aún conservado que generó la propia actividad minera: protocolos notariales de constitución, libros de actas de las sociedades, estatutos, reglamentos, libros de matrícula, tablas de producción, correspondencia y una larga lista de referencias originales que sustentan esta investigación. A pesar de lo mucho que por desgracia se ha destruido, los últimos tiempos han mutado la tendencia y alguna documentación esencial para la historia de la minería local y provincial ha comenzado a salvarse de la destrucción y del olvido. Una buena nueva relativamente reciente fue la donación al Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora del legado documental de la familia Soler Bernabé; de su riquísima y variada composición he tenido el privilegio de servirme durante la elaboración de esta monografía. No debería el consistorio cuevano abandonar aquella idea que, con motivo de esta donación, barajó hace unos tres años sobre la creación de un centro expositivo –museo o centro de interpretación– que tuviese en la minería de Almagrera y Herrerías su argumento primordial: los hechos acontecidos y su peso sobre la trayectoria histórica de nuestra provincia lo merecen.

Pese al dominio avasallador del texto escrito en una obra de estas características, no he querido descuidar en ningún momento la ilustración del mismo, de ahí que haya buscado elementos gráficos que respondan a una doble finalidad: oportuno apoyo visual y equilibrio en el diseño. Para alcanzar este último objetivo, he seleccionado un conjunto de grabados de época sobre actividades mineras o metalúrgicas que acompasan la apertura de los distintos capítulos y apéndices: los dos tomos de Elementos prácticos de explotación (1843), de C. L. Brard; Un voyage aux mines de Cornouailles (1862), de M. L. Simonin; y la Enciclopedia de Historia Natural, de C. S. Gras y Compañía Editores han sido las fuentes. Estas dos últimas referencias pertenecen a la portentosa colección particular del cartagenero Manuel L. Morales García, de cuya generosidad también me he aprovechado para traer hasta mi obra los dos maravillosos planos de Almagrera (Madariaga, 1842; y Heredia, 1842) y otra joya que representa el socavon de desagüe proyectado por Ezquerra en 1843. Otras valiosas fotografías y los dos documentos reproducidos en el «Apéndice IV» completan su inestimable aportación, por lo que le reiteró aquí mi agradecimiento.

Del Fondo Cultural Espín, de Lorca, y de la Hemeroteca Sofía Moreno, de Almería, proceden las magníficas fotografías panorámicas capturadas por el prestigioso fotógrafo lorquino José Rodrigo hacia 1875 y que ahora otorgan indudable categoría a este estudio. Aún recuerdo aquellas jornadas invernales de 2007 que pasamos, en el Fondo Espín, Juan Grima, Emilio Aramburu y yo escaneando a alta resolución el tesoro gráfico del lorquino. O el más reciente viaje a Almería con Carlos Herguido, el fotógrafo José Guerrero y el profesor Pedro Perales para copiar otras imágenes del mismo fotógrafo que allí se custodian; a este último quiero expresarle lo mucho que le agradezco el dilatado tiempo dedicado con esmero a la corrección de este texto. Son muchas más las aportaciones gráficas y documentales que escrupulosamente se reconocen al pie de cada ilustración; no obstante, me gustaría destacar aquí la amable y constante disposición de mi amigo Emilio García Campra, quien me iluminó algún que otro dato esencial en los precedentes de la minería surgida a partir de 1838; o el interés demostrado por el joven Juan Morillas, de Herrerías, en el progreso de este estudio. Tampoco quisiera olvidar la actitud generosa del ingeniero de minas Joaquín Burkhalter, quien puso a mi disposición, con inusual desprendimiento, su estudio inédito sobre la minería en la comarca del Levante almeriense.

 El impulso y apoyo recibidos por parte del editor Juan Grima para que este proyecto se materialice no podría tener más respuesta que mi más sincera gratitud, máxime en unos tiempos tan complicados para sacar adelante empresas de esta naturaleza. En Matías Gómez Cervellera, presidente de la SAT de Los Guiraos, encontré, otra vez y ya van muchas, un interés y un sostén económico que han contribuido a que esta historia llegue hasta vosotros; gracias de nuevo. Baltasar Viudez, de Cuevas Bio, me demostró su afinidad con este proyecto, haciéndola patente a través de una aportación económica que agradezco.

Y me resta expresar al profesor Sánchez Picón, que tanto me ha enseñado a través de sus estudios y de nuestras conversaciones, la satisfacción que me produce contar con sus acertadas y emotivas palabras al comienzo de esta monografía: resultan un lujoso pórtico que indudablemente concede crédito y prestigio a esta investigación.

Me viene de nuevo a la memoria, en el cierre de este compendio de recuerdos, agradecimientos e intenciones, mis incursiones por aquellos apartados barrancos de la Almagrera mágica, siempre acompañado de buenos y entrañables amigos: José Guerrero, con su cámara en ristre; Miguel Ángel de Haro y Andrés Martínez, entre bromas y chascarrillos; Federico Gómez y Pedro Perales, entre debates, empecinamientos y risas; José Rodríguez Murcia y Juan «el Roquetas», entre comentarios, preguntas y más risas. Todos inquietos, con los oídos bien abiertos, la imaginación en el pasado, compartiendo diversión, pero también el murmullo de la historia que brota de cada piedra, de cada rincón, de cada camino... Ahí reside la magia, el duende de esta sierra de los prodigios que he pretendido trasladar, con pasión, hasta estas páginas. Si lo he conseguido o no, el tiempo lo dirá.
El Autor

Fuente información y texto
La librería de Cazarabet
C/Plana Sancho nº 17. Mas de las Matas (Teruel)
librería@cazarabet.com

Diputación de Álava destina cerca de 20.000 euros a completar el Itinerario Verde del ferrocarril vasco-navarro.

La Diputación foral de Álava ha acordado la adquisición de cuatro parcelas por valor de 19.985 euros para completar el Itinerario Verde del ferrocarril vasco-navarro, a su paso por la localidad de Antoñana.

Según ha explicado el diputado general, Javier de Andrés, en rueda de prensa, el Itinerario Verde del antiguo ferrocarril vasco-navarro discurre por algunos de los parajes con mayor valor ecológico y paisajístico del territorio alavés.

Uno de los puntos con mayor afluencia de visitantes es el tramo que discurre por la localidad de Antoñana, donde recientemente se ha inaugurado el Centro de Interpretación del Vasco Navarro. En esta zona existe un tramo sin acondicionar que obliga a los usuarios a transitar a lo largo de casi un kilómetro por la carretera A-3136.

Por ello, y para dar continuidad al trazado del Itinerario Verde a su paso por Antoñana, la Diputación ha acordado la adquisición de cuatro terrenos por valor de 19.985 euros.
Por su parte, el departamento de Medio Ambiente y Urbanismo ya cuenta con el diseño para resolver este tramo de la carretera A-3136, que es "especialmente conflictivo" por su estrechez, ausencia de arcenes y presencia de curvas cerradas.

martes, 26 de junio de 2012

Noticias diarias sobre patrimonio industrial

Almadén (Ciudad Real)
Almadén y su mina buscan a la tercera ser Patrimonio de la Humanidad
La localidad ciudadrealeña de Almadén aspira a ser declarada Patrimonio de la Humanidad en la reunión que el Comité Mundial de la Unesco celebra en San Petersburgo del 24 de junio al 6 de julio y los promotores de la candidatura están convencidos de que "a la tercera será la vencida".
Almadén, que asistirá a la cita de la Unesco con una candidatura compartida con la localidad eslovena de Idria con el expediente "La Ruta del Mercurio: Almadén e Idria", es este año la única candidata española a ser reconocida como Patrimonio Mundial.

"Vamos con muy buenas espectativas", declara a Efe el alcalde, Carlos Rivas, que explica que se han asumido las recomendaciones hechas por la Unesco sobre la candidatura y recuerda que hace unos días los miembros del Comité han "recomendado" la inscripción de Almadén en la Lista de Patrimonio Mundial.

Los 21 países miembros que esta edición forman parte del Comité de la Unesco tendrán la "ultima palabra" sobre el futuro patrimonial de la ciudad manchega en una decisión que se conocerá entre el 29 de junio y el 2 de julio.

A San Petersburgo se desplazará una representación almadenense, además de miembros del Ministerio de Cultura y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que arropan el proyecto.

Si se produjera la nominación, que el alcalde espera "con mucha ilusión y esperanza", la ciudad del mercurio sería la tercera "ciudad patrimonio" de Castilla-La Mancha, tras Toledo y Cuenca, una categoría que "abriría un abanico muy importante para el sector turístico de la comarca".

También Luis Mansilla, miembro del Comité Técnico encargado de elaborar el expediente de Almadén, señala a Efe su "convencimiento" de que se obtendrá el título y explica que se presenta una candidatura "renovada" con respecto a las presentadas en 2009 y 2010.

"Ahora nos hemos centrado exclusivamente en el patrimonio minero-metalúrgico del mercurio y en su influencia tanto en la economía mundial como en el intercambio cultural y tecnológico con el resto de la minería mundial desde hace mas de 2.500 años", detalla.

Cultura, etnografía, medio ambiente, paisaje minero y la "impronta de la cultura del mercurio en Almadén y sus gentes" son otros aspectos que avalan una candidatura que de manera oficial presentará Eslovenia "al ser un país con menos nominaciones que España", lo que da "otro plus" para el posible nombramiento.

Mansilla añade que el de la Ruta del Mercurio es un proyecto de carácter "abierto y universal" con lo que una vez que sea reconocido como Patrimonio de la Humanidad, a él podrán adherirse otras ciudades del mercurio como Huancavelica (Perú), Monteamiata (Italia) o Nuevo Almadén (Estados Unidos).

El patrimonio minero de Almadén, hoy reconvertido por su propietario mayoritario, la empresa pública Mayasa, en un parque turístico "visitable", ha producido en su historia la tercera parte del mercurio consumido por la humanidad, recuerda a Efe Fernando Moreno, un exminero que hoy es guía turístico en la localidad.

Sostiene que la mayor mina de mercurio del mundo, el Baritel subterráneo y malacate de San Andrés, los Hornos de Bustamante, la antigua Puerta de Carros y la Puerta de Carlos IV que marcó el inicio del camino del "líquido metal" de España a "Las Américas", "merecen ser Patrimonio de la Humanidad".

El conjunto minero de Almadén candidato se complementa con la Academia de Minas, los restos arqueológicos de la Real Cárcel de Forzados del Trabajo, el Real Hospital de Mineros de San Rafael y su Plaza de Toros, única en el mundo por su forma hexagonal.
Almadén confía este año que la humanidad le "devuelva" el sacrificio dado durante siglos por sus mineros en pro de la economía mundial.
------------------------------
Culleredo
El misterio de los papeles de La Cros
Hace tiempo que el Gobierno local quiere hacer de la antigua fábrica de La Cros un centro cultural. El proyecto viene de tiempos en que Francisco Álvarez Cascos era ministro de Fomento, cargo que ostentó entre 2000 y 2004. La primera fase, la descontaminación de los terrenos y la consolidación de la infraestructura, está lista. Ahora queda todo lo demás, para lo cual es necesario que el Gobierno firme un borrador de protocolo que se aplaza sine die desde 2008. Preguntado por el senador y exalcalde de A Coruña Javier Losada, el Ejecutivo central asegura que la Dirección General de Patrimonio carece de "documentación u otros antecedentes referentes a un convenio entre el Gobierno y el Ayuntamiento de Culleredo" para la rehabilitación de la infraestructura de O Burgo.

El Gobierno central asegura que la propiedad no figura en el Inventario de Bienes y Derechos de la Administración General del Estado y que "no existe en ejecución ninguna obra en el inmueble referenciado en la pregunta" del socialista, que dirigió su escrito a ningún departamento en concreto y que solo preguntó por los plazos. Lo que no aclara la respuesta es si existe documentación en otro departamento. Y si ese departamento tiene constancia de negociaciones, pactos, o partidas consignadas en los Presupuestos Generales del Estado. El Gobierno local asegura que sí. Que las hubo. Y que la Dirección General de Arquitectura tenía todos los informes. Y el alcalde, Julio Sacristán, recuerda viajes a Madrid para negociar el proyecto ya por aquellos tiempos en que Álvarez Cascos era ministro de Fomento.

Imagen de la noticia

La pregunta de Losada, que se interesó por cuándo habrá un centro cultural en La Cros, quedó sin respuesta. Sigue sin fecha el fin de las obras para convertir la antigua fábrica en un espacio reservado a la cultura. El Concello entiende que el motivo por el que el Ejecutivo central posterga la obra son las dificultades presupuestarias. Aunque Sacristán espera dejar encaminado el proyecto esta legislatura.
--------------------------------
Elizondo
Príncipe de Viana protege la presa de Txkoto por su historia y ser icono de Elizondo.
La Institución Príncipe de Viana ha iniciado un expediente de declaración de Bienes Inventariado a favor del puente y la presa de Txokoto, de Elizondo, cuya existencia había sido cuestionada por la asociación ARMS-Ríos con vida con una petición de intervención dirigida al fiscal superior de Navarra. La solicitud se debía a las sospechas de la influencia de ambas estructuras en el registro de inundaciones en las calles adyacentes.

En el expediente incoado, que supondría una protección frente a cualquier pretensión de derribo, Príncipe de Viana repara en el acuerdo de mantenimiento del batzarre de Elizondo, la recogida de 1.151 firmas y la importancia de ambos elementos en la historia de la localidad. Al respecto, reproduce en la tramitación "un informe histórico, encargado por el Negociado de Protección del Patrimonio y realizado por los historiadores Fernando Cañada Palacio y Roberto Ciganda Elizondo" . En él se deja constancia de la primera documentación disponible sobre el molino de la presa, datada del 22 de mayo de 1397.

Imagen de la noticia

"Hacia 1890 -tal y como recoge el acuerdo firmado por la directora de Cultura, Ana Zabalegui-, el molino de Elizondo incorpora a su tradicional dedicación harinera una nueva función como central hidroeléctrica. Se convirtió en la primera central hidroeléctrica de Baztan y una de las primeras de España. Este molino, como en 1918 lo gestionaba Iñarra, Garaicoechea y Cía., fue conocido durante algún tiempo como Molino Iñarra. En los años 1921-1922, según el Anuario de Navarra, estaba gestionado por la Sociedad Anónima Molino del Centro".

"Icono" de Elizondo
A partir de las consideraciones de las diferentes etapas de la actividad molinera, el expediente concluye con la convicción de sus autores de que "la presa es el icono de la ciudad. Las primeras postales de principios del siglo XX muestran la presa y el puente, que aparecen con la configuración actual, de donde se desprende que no les afectó la inundación de 1913".

Un segundo aspecto señalado en la tramitación alude al hecho de que "las casas construidas al borde del río están pilotadas, y la destrucción de la presa haría posible su hundimiento por variación de las condiciones de humedad de las cabezas de los pilotes, causa conocida de ruina en edificaciones históricas". El inicio del procedimiento administrativo por parte de la Institución Príncipe de Viana ha sido notificado al Ayuntamiento de Baztan para, entre otras razones, suspender la concesión de licencias de renovación o supresión, si las hubiera, en las zonas afectadas.
--------------------------------
Fuente Obejuna (Córdoba)
El nuevo centro de documentación aborda la historia de la minería.
Ha sido inaugurado en Fuente Obejuna el Centro de Documentación Histórico, que se encuentra en las instalaciones del Pozo María de Encasur.

Es una iniciativa del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Minas de Córdoba que comenzó a gestarse en el año 2007 y que nace con el objetivo, según explica su decana - presidenta, María del Carmen García Ruiz de "poner en valor el patrimonio documental generado por la actividad minera, que es patrimonio histórico", hecho que, en palabras de la decana, "genera conocimiento, ya que se valoran los documentos, el trabajo y las personas que lo han realizado".

En el proyecto ha colaborado un importante número de instituciones, como la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, cuya delegada provincial, Carmen Prieto, ha destacado "el fuerte sentimiento e identidad minera de la comarca, la implicación de la población junto a las administraciones en esta iniciativa y el esfuerzo de recopilación realizado". El Centro cuenta con 20.000 piezas.
---------------------------------
Huelva
La Cuenca Minera del Tinto, a examen para entrar en la Red Europea de Geoparques.
Los examinadores de la candidatura de la Cuenca Minera del Río Tinto para formar parte de la Red Europea de Geoparques, el inglés Richard Watson y el griego Ilias Valaikos, concluyen hoy su misión de evaluación en una de las zonas más deprimidas de la provincia y, paradójicamente, con mayor potencial turístico en cuestión de patrimonio minero.

Los evaluadores llevan desde ayer verificando a pie de tajo el contenido del informe elaborado por el equipo responsable de la candidatura minera, integrado por técnicos de las Delegaciones de Medio Ambiente y Cultura de la Junta de Andalucía, Alberto Ruiz y Juan José Fondevilla, respectivamente, además de Alberto Gil en representación de Tragsatec.

El acto de presentación de la candidatura, coopresidido por los delegados provinciales de las carteras interesadas en la aprobación del proyecto, Juan Manuel López por parte de Medio Ambiente y Ángel Romero de Cultura, se llevó a cabo en la sede de la Mancomunidad Cuenca Minera.

Para Juan Manuel López, esta iniciativa no se concibe sin la actividad minera que, a juicio del responsable de Medio Ambiente en Huelva, podría desarrollar de una forma más potente la figura de Geoparque. "Tenemos todos los ingredientes para que esta iniciativa salga como un cañón", dijo el delegado provincial.

Romero, que también se mostró convencido de que la Cuenca Minera del Río Tinto formará parte de la Red Europea de Geoparque, destacó el revulsivo que la concesión de esta figura significará para el desarrollo de la zona y la creación de empleo. "Creemos que cumplimos sobradamente con las condiciones que se exigen para formar parte de este proyecto que, definitivamente, redundará en el beneficio de todos los vecinos de la comarca", aseguró.

En el mismo sentido se pronunciaron los representantes políticos de la comarca, liderados por el presidente de la Mancomunidad, Juan Jesús Bermejo, y la alcaldesa de Minas de Riotinto, Rosa Caballero, como anfitriona del acto, se encargaron de destacar las bondades de la candidatura minera y la necesidad de buscar nuevas alternativas de desarrollo para la Cuenca Minera.

Los evaluadores iniciaron su visita en el museo y archivo de la Fundación Riotinto, donde fueron recibidos por el director José María Mantecón. También tuvieron oportunidad de ver: la Casa 21 y la Iglesia Presbiteriana en el barrio inglés de Bellavista; el campo de golf del Club Corta Atalaya y el mirador de Cerro Colorado, así como la emblemática Corta Atalaya en Minas de Riotinto; y el museo Vázquez Díaz y el nacimiento del río Tinto en Nerva.

Hoy tienen previsto visitar la ruta de los molinos, el ferrocarril minero, y los dólmenes del Pozuelo en Zalamea. Además, mantendrán sendas entrevistas de trabajo con representantes de la Universidad de Huelva y el colectivo conservacionista de Ecologistas en Acción. Terminan con una reunión de evaluación y se pondrán manos a la obra en la redacción del informe de evaluación que presentarán al Comité de Red Europea de Geoparques para que tome una decisión en septiembre.
---------------------------------
Linares (Jaén)
Inauguración de Aula de Interpretación de la Minería de la Asociación Cultural Minero Carolinense (ACMICA)
Un día claro y caluroso. Esplendoroso el sol iluminando el castillo de las Navas de Tolosa. Son las diez de la mañana. En el exterior del Centro de Interpretación de “La Aquisgrana” unas cincuenta personas escuchan las explicaciones de un miembro de ACMICA sobre la historia del lugar donde se encuentran. Les habla del pasado proyectándolos hacia el futuro. Comienza el recorrido a pie por la ruta que, hasta hace unos sesenta años, un pequeño tren de cuatro vagones (uno de ellos para pasajeros con asientos de madera preciosamente decorada) transportaba galena argentífera desde el complejo minero de “La Rosa” hasta la estación de La Carolina, donde era trasladado al ferrocarril que llevaría el material hasta Linares.

 La vista se recrea con puentes inconclusos, túneles que desafían el tiempo, chimeneas dominando el horizonte, ruinas de explotaciones mineras con amplios arcos y cascadas de estériles… Más caminantes se van uniendo al grupo que, en fila india, recorre el empinado camino deteniéndose para que algunos de los integrantes sean entrevistados y grabados por periodistas y cámaras de Canal Sur televisión. 

 El tiempo determina que la ruta se acorte. Hombres, mujeres, niños… de La Carolina, Linares, Guarromán, Baños, Centenillo… retornan al Centro de Interpretación.

Imagen de la noticia

Unas palabras de Presidente de ACMICA, del ingeniero miembro de la Asociación José María Galdón, sobre los proyectos de futuro, y del Señor Alcalde de La Carolina dan paso al descubrimiento de la placa conmemorativa ilustrada con la cabria de la mina “La Española” y los nombres de las personas que han realizado la réplica perfecta de una galería en el interior del Centro.

Grupos reducidos van escuchando las explicaciones de exmineros sobre las peculiaridades de la galería. Los visitantes se extrañan al entrar en la jaula con sus ligeros movimiento de vaivén; se detienen ante el brillo metálico de “los pintos” en las tolvas; observan los “techeros” y sus estudiadas imperfecciones para la comprensión de los peligros de desprendimientos; se maravillan con la exquisitez de los dos frentes con sus vetas de plomo, sus “chorreones” de óxidos, sus pequeñas estalactitas y estalagmitas, las deformaciones producidas por el pico al golpear las pizarras y las calizas….Huelen el carburo, “tiemblan” con el sonido de las explosiones y se echan hacia atrás ante el humo reproducido, mientras suenan las voces grabadas de los mineros junto al ronronear del agua que parece desprenderse por las paredes. Incluso el calor, la oscuridad – solamente tenues luces de carburos iluminan- y la humedad se asemeja al original. 

Después las fotografías de instalaciones mineras, de trabajos…, la reproducción de útiles, instrumentos, maquinaria, herramientas, miniaturas… en la pared proyecciones variadas con música de mineras y tarantas…. 

Los visitantes se agrupan alrededor de las antiguas fotografías de mineros. Buscan a sus parientes, comentan hechos y anécdotas…. Se les tiene que llamar repetidamente para que se acerquen al escenario donde se baila por sevillanas y se toca y canta profundos y sentidos cantes de las minas. 

El calor insiste en su envite pero el agua, la cerveza y el refresco lo atenúan. Un plato de arroz y una buena caldereta se saborean escuchando el sonido de la guitarra y la voz cascada del cantaor. 

Las dos carpas están repletas. Los visitantes ocupan las sombras de los árboles. Los niños y mayores degustan helados y limonada. Otros cantaores se unen a la fiesta que se alarga con palmas, pinchos, bocadillos, bailes, cerveza, refrescos, combinados y el renombrado “café minero”. 

Los coches y las motos han copado el amplio espacio dedicado a ellos en el exterior del Centro de Interpretación, alcanzando los laterales de la carretera que une La Carolina con el parque forestal. 

Más de quinientas personas, de toda condición y edad, han inaugurado el “Aula de la Minería de la Aquisgrana”. Serán los mejores embajadores para su futuro.
http://www.acmica.es